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Dicen que los grandes deportistas sacan lo mejor de sí cuando están contra las cuerdas. Lesiones, fallos, mala suerte… El Mundial de St. Moritz se antojaba difícil para la estadounidense Lindsey Vonn, llegando a tierras suizas con una brillante victoria en Altenmarkt y un mar de dudas sembrado en Cortina y Garmisch.
El Mundial no empezó de la mejor manera para Vonn, con una mala carrera en el Super Gigante y el debate si se había recuperado bien de su lesión en el húmero. La norteamericana borró de un plumazo las dudas con el quinto puesto y su consiguiente diploma en la combinada; y hoy ha terminado de cerrar bocas logrando un bronce que sabe a gloria en el descenso.
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