Lindsey Vonn no va a tener fácil su presencia este fin de semana en Garmisch-Partenkirchen, donde se van a disputar dos descensos de la Copa el Mundo femenina (viernes y sábado) y un super G (domingo). La campeona estadounidense, que el domingo tras abandonar en el super G de Cortina d’Ampezzo especuló con su retirada inmediata de la competición, ha renunciado al entrenamiento de mañana. El reglamento de la FIS obliga a tomar parte al menos en uno de los dos entrenamientos previos a las pruebas de descenso.
En su cuenta de twitter, Vonn ha hecho balance de los tres días transcurridos y escribe que “después de mucha terapia de ‘fisio’ y tiempo para aclarar cómo están viniendo las cosas, ya hay algunas conclusiones sobre mi rodilla. De entrada hemos descubierto la razón del intenso dolor y del agarrotamiento muscular que sufrí en Cortina. Probablemente se debió al impacto en el último salto del primer entrenamiento allí realizado (renunció a hacer el segundo el jueves). Aunque es difícil afirmarlo con rotundidad. Después de ese entrenamiento el dolor iba progresivamente a peor, día a día. Y el domingo el dolor en la zona baja de la pierna era insoportable, con la musculatura bloqueada. Ahora sabemos cuál es el problema, un impacto en el nervio peroneo, y siguiente paso ha de ser solventarlo. De entrada, no tomaré parte en el entrenamiento de mañana porque de momento no hemos encontrado una solución”.
De no competir esta semana en la estación alemana, llegaría al Mundial de Are sin ninguna carrera disputada. El super G femenino del Mundial tendrá lugar el 5 de febrero y el descenso, el 12.