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Masella ha clausurado este domingo una temporada agridulce marcada por la pandemia. Con la apertura el 14 de diciembre, fecha retrasada por las afectaciones de la pandemia y el cierre 11 de abril, el dominio esquiable ha abierto de forma ininterrumpida durante 4 meses.
La estación tenía previsto mantener las instalaciones abiertas hasta finales abril como es habitual, pero las restricciones de movilidad a nivel comarcal para contener la pandemia han adelantado la fecha de cierre.
Ha sido una campaña agridulce
La campaña venido marcada por las restricciones de movilidad para contener la pandemia, que ha representado que la mayoría de esquiadores fieles a la estación no se hayan podido desplazar a pistas durante buena parte de la temporada.
Esto ha representado un descenso muy marcado de la afluencia que ha comportado afectaciones económicas a la propia empresa, al territorio y a sus habitantes. Sin embargo, la voluntad de Masella ha sido mantener abiertas las instalaciones por compromiso con los trabajadores, con la Cerdanya y, especialmente, con los esquiadores.
Los contrapuntos de esta temporada tan atípica
En primer lugar, que hemos abierto todos los días con el 100% del desnivel esquiable, desde la cima de la Tosa-2535 m hasta el Pla de Masella-1600 m, con los 935 m de desnivel. Esto ha sido gracias a las importantes inversiones, del verano de 2020, reforzando la red de la nieve producida a los ejes básicos de la estación (pistas Enamorats y Coma Oriola).
En segundo lugar, que la conexión que enlaza La Molina + Masella ha funcionado todos los días que La Molina ha abierto sus puertas, ofreciendo el dominio esquiable más importante cerca de Barcelona.
Y, en tercer lugar, ha sido la aceleración de la transformación digital con el nuevo forfait digital y con la venta de todos los productos online que nos ha permitido en todo momento controlar el aforo, garantizando uno de los requisitos básicos exigidos por las autoridades sanitarias para contener la pandemia.
Masella, motor económico del territorio
En definitiva, ha sido una temporada muy diferente a las últimas, a pesar que Masella este año ha abierto para mantener puestos de trabajo. La estación es un motor económico del territorio.
No en vano, sigue trabajando para continuar mejorando las instalaciones y la calidad del servicio. Masella tiene plena confianza de que la próxima temporada pueda ofrecer una campaña marcada por el restablecimiento de la normalidad, con el objetivo de ofrecer al esquiador la mejor experiencia posible.
La estación agradece la comprensión y fidelidad de los esquiadores que se han adaptado a todos los cambios de funcionamiento a lo largo de la temporada, siguiendo las restricciones marcadas por las autoridades. Sin obviar, todos los trabajadores, que con su esfuerzo y dedicación han hecho posible esta temporada tan difícil.
Finalmente, da las gracias a los clubes, intermediarios, proveedores, colaboradores, agentes del territorio, medios de comunicación por la atención y empatía hacia el sector de la nieve durante estos últimos meses.
