Clément Noël sigue creciendo a pasos agigantados y hoy ha logrado su tercera victoria en la Copa del Mundo, después de haberse adjudicado los slaloms de Wengen y Kitzbuehel en enero. El prodigio francés de 21 años ha compartido el podio con Manuel Feller, segundo a 18 centésimas, y Daniel Yule, tercero a 86. Ramon Zenhaeusern y un Henrik Kristoffersen que ha perdido fuelle en las últimas carreras han completado el ‘top 5’.
Noël ha sacado nada menos que 85 centésimas de colchón en la primera bajada sobre Zenhaeusern, segundo, con lo que lo tenía todo de cara para subir a lo más alto del podio. Las grandes estrellas como Henrik Kristoffersen o Marcel Hirscher se han dejado un segundo largo con actitudes distintas: el noruego ha sido un querer y no poder y el austriaco ha llegado desmotivado a las últimas carreras, seguramente pensando más en las vacaciones y meditar su futuro que en seguir pasando puertas. Alexis Pinturault ha quedado en medio de ambos y todo indicaba que entre Noel y Zenhaeusern se iban a pelear por la victoria, con ventaja evidente para el francés.
Un Feller extrañamente sereno
En la reanudación Manuel Feller ha marcado el segundo mejor tiempo tras el croata Istok Rodes, el único en bajar de los 52 segundos y que le ha servido para dar un salto de doce plazas para acabar décimo. El registro del atolondrado austriaco -hoy no parecía el Feller de siempre- le ha servido para aguantar hasta la salida de Noël.

Ni Felix Neureuther en su última carrera -agasajado por su esposa y el resto del equipo alemán con champán en la meta-, ni Marcel Hirscher que ha estado a punto de caerse en dos ocasiones, ni un Kristoffersen que se ha atascado en los dos últimos parciales, han podido mejorar el tiempo de Feller.

Tampo Daniel Yule ha podido rebajar ese registro y el gigantesco suizo Zenhaeusern se ha hundido en la parte final, con una nieve ya muy marcada. Le ha tocado el turno a Noël, que lo ha pasado muy mal en la zona intermedia poniéndose en rojo. Ha seguido empujando para ponerse en verde y mantener esa ventaja hasta el final.
El relevo generacional está servido por más que les pese a los Kristoffersen y Pinturault. El futuro de Hirscher está en el alero y los que le han sufido se van a encontrar con una nueva hornada, de la que también forman parte Marco Odermatt y Loic Meillard, que no les van a poner las cosas nada fáciles.
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