Todo calculado al milímetro
Pero llegar a la cima tiene un peaje y la esquiadora de Minnesota no ha sido una excepción. Es más; ella misma ha buscado expandir su imagen más allá de las pistas y cualquier noticia que tenga que ver con ella tiene una repercusión inmediata y, hasta cierto punto, desmesurada.

Lindsey se lesiona, Lindsey en plena rehabilitación, enamorada, separada, de nuevo enamorada… Lindsey gana, y vuelve a ganar, se adueña de Lake Louise (Lake Lindsey) a base de victorias, domina a sus rivales, las desmoraliza. Lindsey escribe un libro. Tanto da la temática, es ‘best seller’ inmediato. Todo lo hace bien y no hay reparo en difundirlo a los cuatros vientos gracias a las redes sociales y los medios de comunicación.

Y cuando los resultados no acompañan o la lesión tarda en remitir, allí está ella rodeada de su amplio equipo de asesores para convertir cualquier nimiedad en noticia. ¿Lindsey gana? Claro, es una tremenda luchadora. ¿Lindsey pierde? Sigue siendo una gran luchadora.
El arte de la provocación

Vonn es muy inteligente, sabe siempre cómo actuar, qué papel desempeñar en función de las circunstancias. No le gusta la popularidad, que la reconozcan por la calle, pero busca estar siempre en primer plano. Cuida todos los detalles desde la manicura a atender (cuando no queda más remedio) a los aficionados y a la prensa. Y lo hace con oficio, repartiendo simpatía y sonrisas.

Competidora insaciable y el ejemplo de Maria Riesch

Maze reconoce que “tiene una personalidad muy fuerte. Necesaria por otra parte cuando se quiere ganar como ella lo hace”. Marie Marchand-Arvier, subcampeona del mundo de super G en Val d’Isère 2009 por detrás de Vonn, se muestra más benévola con Vonn cuando afirma que “es cierto que cuando no gana la sonrisa le desaparece de la cara. Pero, al menos conmigo, siempre se ha mostrado educada y da los buenos días. No hay que tomarla por una reina malvada y hay que tener en cuenta que sus más mínimos gestos son difundidos y analizados de manera exagerada. Y ella se defiende aislándose como puede. Lindsey forma parte de un mundo que no es el nuestro pero yo la respeto”.

En la pista no sabe lo que es la piedad, algo normal en los campeones. Querer competir con los hombres en Lake Louise despertó multitud de rumores y alguna que otra maledicencia en el circuito femenino, como si Vonn se atribuyese la reivindicación femenina. Muchas esperaban el sí de la FIS para ver cómo los competidores masculinos la ponían en su sitio. Pero eso no ocurrió ni parece que vaya a ocurrir. No al menos en una competición oficial. No resulta fácil alzar la voz contra una rival que después te destroza en los descensos. Vonn, dicen algunas, es tan bella por fuera como hosca por dentro. Pero, en eso hay unanimidad, es una increíble campeona.