Markus Waldner, director de carreras de la Copa del Mundo masculina, ha opinado sobre aspectos importantes de la próxima temporada en una entrevista publicada en la página web de la FIS. El por qué de empezar en Soelden, ganar espectadores haciendo las carreras más vistosas, la observancia estricta de las normas de seguridad y la evolución del esquí alpino son cuestiones que el técnico austriaco aborda en la entrevista.
Soelden acoge ininterrumpidamente el debut de la Copa del Mundo desde el año 2000. La elección del glaciar de Rettenbach la justifica Waldner «por la mucha nieve y las condiciones meteorológicas. Es un lugar ideal para empezar la temporada. Anteriormente se había probado en varios glaciares, como Tignes o Saas Fee, pero el riesgo de anulación de las carreras era muy alto. El glaciar Rettenbach también sufre las consecuencias del calentamiento global pero gracias a la nieve artificial y a un sistema de innivación de última generación podemos seguir yendo allí para inaugurar la temporada». La ubicación geográfica de Soelden y su fácil acceso también es un punto a su favor, según Waldner.
Globalizar el esquí
Incrementar la afición fuera de los países con cultura de competición de este deporte es otro de los retos de la FIS. El austriaco afirma que «fuera de los cinco países punteros, Austria, Suiza, Italia, Francia y Suecia, a los que le siguen Eslovenia, Alemania, los países escandinavos y Norteamérica, es necesario un crecimiento. Se han disputado pruebas en Sochi, Corea y Japón pero la dificultad del Extremo Oriente es que hay que ofrecer más bloques de pruebas. No podemos viajar allí para una sola carrera y en esto dependemos del programa olímpico».
Según Waldner, la idea es organizar pruebas dentro de tres años, aprovechando las pruebas preolímpicas de los Juegos de Invierno de Pekín 2022. «En ese continente hay un potencial de 300 millones de nuevos aficionados al esquí y la industria de la nieve estará muy interesada en estar presente. Ganarse a esa potencial afición sería un paso enorme para la sostenibilidad de nuestro deporte. La historia y los valores de la Copa del Mundo pertenecen con claridad al centro de Europa pero desde el punto de vista de la industria y el turismo lo que pretendemos es expandirnos a otros países para garantizar el futuro de la Copa del Mundo», asegura el responsable de la FIS del circuito masculino.

¿Demasiadas disciplinas?
Cinco disciplinas podrían ser demasiadas para captar la atención del espectador y es un tema que se ha planteado en el seno de la Federación Internacional. Al respecto Waldner dice que «el debate en torno al número de especialidades y su atractivo ya está en marcha. El problema es que algunas de las disciplinas han crecido de un modo en que no son muy interesantes para el telespectador; sólo a los ‘enfermos’ del esquí que conocen los detalles técnicos».
La solución debería pasar por hacer un producto fácil y comprensible, según Waldner. «Las carreras en paralelo son un buen ejemplo porque el formato ‘cara a cara’ es fácil de comprender. Podría ser una buena manera de atraer a las nuevas generaciones. Los datos demuestran que la media de edad de la mayor parte de espectadores es de 45 años. A largo plazo algunas cosas del calendario habría que cambiarlas y ya estamos trabajando en ello. Ninguna revolución. Pero sí una evolución constante hacia una Copa del Mundo mejor».
Ideas embrionarias desliza unas cuantas Waldner, como la posibilidad de competir en dos mangas en las pruebas de velocidad (que ya se ha probado en las Copas continentales). Respetando la historia y la tradición, que salvaguardan a descensos míticos como los de Wengen o Kitzbuehel. La toma de datos en vivo es otro de los proyectos. Se estrenará en el Mundial de St.Moritz y los esquiadores llevarán un ‘transponder’ que proporcionará información en tiempo real sobre aceleración, velocidad y otros muchos parámetros. Es un sistema que ya se utiliza en otros deportes.

Diseño de las pistas
La configuración de las pistas es otro de los temas en los que la FIS está centrada para tratar de ganar audiencias. Waldner opina que «el público quiere ver espectáculo en una pista espectacular. Pero todas las modificaciones deben estar dentro del límite de las normas de seguridad; esa es la máxima prioridad. Los saltos obligan a lo esquiadores a abandonar su posición sobre los esquís para no salirse de pista. Son imágenes espectaculares por TV y no necesariamente peligrosas. Somos conscientes de que el límite entre el espectáculo y la velocidad es muy fino y hay que encontrar el equilibrio justo».
El riesgo es un factor inherente al esquí y Waldmar lo sabe. El austríaco es consciente de que «no tendremos nunca pistas seguras al 100% y siempre habrá caídas. Es cuestión del atleta evaluar cada situación y decidir si arriesga o no». Las condiciones de la pista y las ambientales son condicionantes a tener muy en cuenta y por ello «esta temporada utilizaremos luces cuando las condiciones lo requieran, un colorante especial que da un mejor contraste y una restricción del personal en pista para evitar el deterioro de la nieve. Pero sigue siendo un deporte al aire libre y por mayor seguridad que demos siempre existirá el riesgo», dice Waldner.
Orden de dorsales
El orden de salida también es cuestión que va a sufrir cambios esta temporada. El responsable de la FIS detalla que: «la idea principal era ampliar el tiempo de aparición de los mejores para obligar a los espectadores a ver durante más tiempo la carrera. Ahora los diez mejores podrán elegir entre el 1 y el 19 en lugar de entre el 16 y 22 como hasta la temporada pasada. La elección de cada atleta añadirá tensión al desenlace porque será tomada en base a diferentes factores que cambiarán en cada carrera. Todo ello aumentará el interés porque los aficionados comentarán el por qué de las elecciones de los esquiadores».