Un teleférico en Suiza descubre un pequeño gran hotel con vistas

Una de las cabinas del remonte de Engelberg, que permite pernoctar a casi 2.000 m de altura, es punto de partida de grandes rutas

El habitáculo se ubica sobre la punta de la montaña
El habitáculo se ubica sobre la punta de la montaña FOTOS: Myswitzerland.com/

Pernoctar en un teleférico es la nueva aventura que ofrece la localidad de Engelberg, en Suiza. Entre los cantones de Nidwalden, Uri y Berna, la cabina se ha convertido en una habitación con vistas.

Una cabina de la estación de Engelberg (Suiza) permite pernoctar

Enclavada sobre una roca con impresionantes vistas, la cabina del antiguo teleférico Brunni se ha convertido en uno de los lugares más deseados. El habitáculo, rodeado por un panorama montañoso inspirador, posee todo lo necesario para pasar una noche inolvidable bajo las estrellas.

La habitación descubre las mejores vistas
La habitación descubre las mejores vistas

La cabina del antiguo teleférico de Brunni, que se instala sólo durante el buen tiempo, ha sido convertida en una #TinyHouseGondola con muchos detalles y delicadeza. Una transformación de la mano de los técnicos Valeria & Adi, de LittleCITY.ch.

El interior ofrece todo lo que se necesita para una noche única flotando en una aguja de roca. Posee una acogedora cama doble, muebles de alta calidad, una cafetera, un minibar y un pequeño calentador. El habitáculo ofrece una gran panorámica sobre la montaña suiza del Engelberg.

Un hotel minimalista de altura muy solicitado

El Tiny House se ubica a 1.888 metros. El acceso se hace a través del teleférico en Engelberg. Al llegar, habrá que registrarse en el Berglodge Restaurant Ristis y continuar con el telesilla hasta Härzlisee. Desde allí, una agradable ruta a pie de 20 minutos acercará a los huéspedes hasta el inédito habitáculo.

Otra instantánea del interior de la cabina
Otra instantánea del interior de la cabina

Las reservas deben hacerse con bastante antelación ya que suele haber lista de espera. El precio, a partir de 450 euros para dos personas, incluye los traslados en teleférico y telesilla, además del desayuno. Además, se ofrece la cena en un restaurante típico suizo a unos 20 minutos del hotel flotante. No hay que olvidar la linterna, indispensable para volver después de cenar.

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