
Los niños rusos no le temen ni al frío, ni a la nieve. Lo cierto es que desde bien pequeños juegan a la intemperie a -14ºC, en el patio del colegio cubierto por la nieve y se tiran cubos de agua a 25º C. Pero es no es todo, porqué después se revuelcan por la nieve como si de arena se tratara.