Se observan condiciones idóneas de El Niño. Las temperaturas de la superficie del mar ecuatorial (SST) están por encima de la media en todo el territorio Océano Pacífico central y oriental. Las anomalías atmosféricas del Pacífico tropical son consistentes con El Niño. Se prevé que El Niño continúe durante el invierno del hemisferio norte (con una probabilidad superior al 95% hasta enero-marzo de 2024).
Después de tres años consecutivos del fenómeno conocido como “Niña”, la NOAA da por finalizada la teleconexión de la “Niña” (ENSO). Son tres años que coinciden con la sequía tan fuerte que estamos sufriendo, y la disminución de la entrada de vientos de levante, teniendo la última gran levantada en enero de 2020 con el “Gloria”.
Ahora bien, ¿podemos pensar que más agua superficial caliente nos puede ser más favorable? Vamos a analizar las previsiones, intentamos responder que significa el fenómeno del Niño y su contrario la Niña y si esta teleconexión, tiene alguna influencia en el clima europeo más concretamente en nuestro país.
El fenómeno del Niño, llamado oficialmente “El Niño-Southern Oscillation” (ENSO), es una anomalía climática que se produce en la región del océano Pacífico. Se considera “El Niño” cuando las temperaturas de la superficie del agua en la región central y oriental del océano Pacífico tropical aumentan más de lo habitual. Este aumento de temperatura del agua es uno de los principales indicadores del Niño.
La temporización del Niño no sigue un calendario fijo y puede variar en el tiempo. Pese a ello, generalmente se produce cada pocos años, con un intervalo de tiempo que oscila entre dos y siete años. Cuando esta anomalía surge, puede tener consecuencias significativas en los patrones climáticos de otras regiones del mundo, ya que afecta a las corrientes de aire y los sistemas atmosféricos.
Para ser considerado un Niño “fuerte”, las temperaturas de la superficie del agua en la región del océano Pacífico tropical deben elevarse a valores significativamente superiores a los normales, y esta anomalía debe mantenerse durante un período prolongado. Un Niño fuerte puede provocar cambios sustanciales en el clima y las condiciones meteorológicas a escala global, tales como sequías, inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos.
En la foto superior se ve pintado de color azul períodos de tres meses que se consideran “niña” y de color rojo períodos de tres meses que se consideran “niño”. Los grises son neutros, es decir no hay niño ni niña. (o aún no está pintado por no haber un bloque significativo).
Estas variaciones de la temperatura de la superficie del mar, se representan en sus anomalías positivas (igual o más de 0,5 grados niño) y las anomalías negativas (igual o menos de 0,5 la niña) que deben darse durante tres meses. Si llegan entre valores de 2 a 2,5 grados la anomalía se considera muy fuerte, por tanto, estamos ante una situación de niño o niña fuerte.
Como curiosidad, el nombre del niño solía producirse en torno a Navidad con un aumento de la temperatura superficial del agua. Los pescadores lo asociaban al nacimiento del niño Jesús y de ahí el nombre del niño, y la niña como opuesto del primero.
En el ámbito genérico tanto el Niño como la niña producen lluvias mucho más abundantes y sequías importantes en diferentes puntos del planeta.
Las dos imágenes de la universidad de Columbia explican esta situación. El color verde indica más lluvia de la que tocaría y la de color marrón marca sequía. Observamos cómo esta teleconexión no tiene unos efectos claros y visibles en el continente europeo, ¿significa que no hace nada? No, de hecho estudios de Met office (UK) apuntan a unos efectos que se van haciendo visibles a medida avanza esta ciencia.
Los vientos alisios son persistentes que soplan del este al oeste a través del océano Pacífico tropical e influyen de manera significativa en los patrones climáticos de la región. Estos vientos alisios juegan un papel importante en la aparición del fenómeno del Niño y sus consecuencias.
Funcionamiento de los vientos alisios
Los alisios son vientos altos que soplan del este al oeste a través del océano Pacífico tropical, transportando agua cálida superficial hacia el oeste. Esta agua cálida asciende a la superficie, y este fenómeno contribuye a mantener las aguas del océano Pacífico oriental relativamente frías. Esto tiene un importante impacto en el clima de la región y ayuda a mantener un equilibrio en los patrones climáticos locales.
El Niño y los vientos alisios
En condiciones normales, los vientos alisios ayudan a mantener las aguas cálidas en el oeste y las aguas frías en el este del océano Pacífico. Sin embargo, cuando se produce un Niño, estos vientos alisios se debilitan o pueden cambiar de dirección, lo que puede provocar un aumento de la temperatura de la superficie del agua en la región oriental del océano Pacífico. Esto es uno de los principales indicadores del Niño.
Consecuencias del Niño en el clima
Las consecuencias del Niño son variadas y pueden ser extremas. En muchas regiones, esto puede provocar sequías o inundaciones, ya que afecta a los patrones climáticos a nivel mundial. Algunas de las consecuencias más comunes del Niño incluyen:
Sequías En regiones como Australia, el sur de África y partes de Sudamérica, un Niño puede llevar sequías más intensas, ya que las lluvias se reducen o fallan de manera significativa.
Inundaciones: En otras zonas como Perú, Ecuador y países de la costa oeste de América del Sur, el Niño puede provocar lluvias excesivas e inundaciones catastróficas.
Zonas más favorecidas y más castigadas por la sequía
Este impacto del Niño puede variar de una ocasión a otra, pero en general, las zonas costeras de América del Sur y Asia sudeste son más susceptibles a experimentar sequías durante el Niño . Por ejemplo, el fenómeno del Niño a menudo afecta negativamente a países como Perú y Ecuador. Al mismo tiempo, otras regiones como Australia podrían ver un aumento de lluvias e inundaciones durante esta anomalía climática.
¿Y cómo afecta el niño o la niña en Europa y más concretamente en Cataluña?
Vamos pues a fijar ya a microescala qué efectos puede tener el niño en nuestra casa. Utilizaremos una referencia publicada en el Meteocat con un análisis de 100 años de estudio, reproduzco texto íntegro:
“si existe alguna relación entre el clima en Cataluña y El Niño para los últimos 100 años. A partir de los datos de la tesis doctoral de Vicent Altava y Ortiz (2010) “ Caracterización y monitorización de las sequías en Cataluña y norte del País Valenciano. Cálculo de escenarios climáticos para el siglo XXI” se puede ver que la gran mayoría de sequías identificadas en el conjunto del noreste de la península Ibérica (Cataluña, Aragón oriental y el norte del País Valenciano) que se han producido desde de los años 80 del siglo XX han tenido lugar después de un episodio de El Niño”
En el gráfico siguiente del mismo artículo queda claro que en situaciones fuertes de niño en nuestra casa es mucho más probable tener situaciones de sequía. Aunque con episodios de niña también se han producido, pero mucho menos. Sin embargo, no se puede afirmar al 100%, incluso en los gráficos más generalistas no aparece representada la teleconexión.
Entrando en el mundo de las teleconexiones, donde todavía queda muchísimo camino por recorrer, podemos decir que la influencia del fenómeno del Niño en Europa y la península Ibérica puede variar según sus manifestaciones específicas en cada episodio. Sin embargo, en general, puede afirmarse que los efectos del Niño en estas regiones no son tan directos ni constantes como en otros lugares, como las regiones del Pacífico. Esto se debe a la distancia geográfica y los mecanismos atmosféricos complejos involucrados.
Las investigaciones científicas en los últimos años han puesto de manifiesto algunos de los posibles efectos que el Niño puede tener en Europa y la Península Ibérica:
Inviernos más suaves y húmedos: En algunos casos, el Niño ha estado asociado con inviernos más suaves y con una mayor probabilidad de lluvias en algunas regiones de Europa occidental, como Reino Unido e Irlanda. Esto puede tener un impacto positivo en el abastecimiento de agua y la agricultura.
Cambios en los patrones de tormentas: El Niño puede influir en los patrones de tormentas en el Atlántico, lo que puede afectar a la intensidad y trayectoria de las tormentas invernales. Esto puede llevar a un aumento de los vientos fuertes y tormentas en algunas regiones de la Península Ibérica y otras partes de Europa occidental.
Variabilidad regional: Es importante destacar que los efectos específicos pueden variar de un episodio del Niño a otro y también dependen de la intensidad del fenómeno y de otras condiciones climáticas. No hay una respuesta única para cómo afectará a cada episodio del Niño en Europa y la Península Ibérica.
Efectos del Niño en la Península
En resumen, los efectos del Niño en Europa y la Península Ibérica son más difíciles de predecir y pueden ser más variables que en otras regiones más cercanas a la zona del Pacífico. Las investigaciones continúan para entender mejor estos impactos y cómo pueden afectar el clima y las condiciones meteorológicas en estas regiones europeas.
Echemos un vistazo a la previsión mirando los diferentes modelos para ver cuál es la previsión, y como hemos comentado al principio la propia NOAA sitúa en un 95% de probabilidad tengamos todo el invierno el niño, con una media de modelos que rozaría los dos grados de anomalía en invierno. Por tanto, frotando lo que se considera un niño fuerte, y al parecer en primavera e inicios de verano continuaríamos con el niño, pero esto ya es tirar demasiado hacia delante.
Para finalizar este post hacemos una miradita a lo que sería la previsión de temperaturas y precipitación en el período más invernal es decir diciembre, enero y febrero cogiendo el modelo C3S que es la media de los modelos estacionales más importantes, y ambos nos marcan una probabilidad que estar en el tercil superior de temperaturas y pluviometría, lo que se correspondería un poco con lo comentado anteriormente.