Una avalancha de nieve ha sepultado una pista azul de esquí en la estación de Tignes, en el departamento francés de Saboya. Afortunadamente, no ha habido que lamentar heridos o víctimas mortales, según han informado desde la propia estación de esquí.
Los hechos han ocurrido este martes pasadas las 10.00 h de la mañana, cuando la nieve invadió la pista de esquí Carline. Era la única pista que había en funcionamiento a esa hora. En un primer momento se temía que hubiera decenas de personas enterradas bajo la nieve.
Tras recibir el aviso, rápidamente se movilizaron una cuarentena de agentes del PGHM de Bourg Saint Maurice. La búsqueda se reforzó con otros otros gendarmes procedentes de la cercana Courchevel. La búsqueda de posibles víctimas se inició con perros. La mala visibilidad en Tignes a causa de la nevada impidió en un primer momento la intervención de helicópteros.
LA PISTA DE TIGNES SALE AFORTUNADAMENTE ILESA
Finalmente, se ha podido comprobar que todas las personas que se encontraban esquiando en esa pista han salido ilesas del incidente. Antes de la apertura de la estación, los trabajadores habían provocado numerosas avalanchas con explosiones para hacer disminuir el riesgo, explicó el periodista deportivo Bruno Detante al canal BFMTV.
Es la segunda avalancha en menos de un mes. El pasado 13 de febrero, cuatro esquiadores fallecieron en esa misma estación como consecuencia de otra avalancha. Los cuatro fallecidos, que caminaban a pie cuando fueron arrastrados por el alud, fueron un padre de familia de 48 años, su hijo de 15, el hermanastro de éste último, de 19, y el monitor que los acompañaba, de 59, todos ellos de nacionalidad francesa.