Ghulam Murtaza, un porteador de Pakistán, terminaba abandonado por sus clientes durante una expedición al Broad Peak. El sherpa pakistaní sufre graves congelaciones en seis dedos de las manos.
El infierno comenzaba para Murtaza cerca de los 8.000 metros. Un cambio repentino de tiempo obligó al guía, que iba con dos clientes mexicanos, a parar un poco más de una hora. Sus guantes se calaron y, en consecuencia, sus manos empezaron a congelarse.
La decisión de ambos alpinistas mexicanos no pudo ser peor. Sebastián Arizpe y Max Álvarez se pusieron oxígeno para alcanzar la cumbre, abandonando al sherpa a su suerte, tal como explica Antena3.
«Nos dijo que no se sentía bien y que iba a bajar. Le dijimos que sí, que bajara. Estaba bien y consciente», asegura Max Álvarez, uno de los clientes de Murtaza, en una entrevista. La versión de la persona que le encontró es bien distinta.
La suerte acompañó finalmente a Ghulam Murtaza
El pakistaní estaba agonizando cuando Lukas Wörle, un alpinista austriaco, lo vio de camino a la cima del Broad Peak. «Oí desde la niebla a alguien que gemía en voz baja y vi a Murtaza. Sus dedos estaban gravemente afectados y ya no acertaba a decir su nombre. Estaba vomitando sangre».
El austriaco renunció a la cima para salvar la vida de Murtaza y lo bajó hasta los campos base. Allí fue socorrido por otros alpinistas y lo bajaron hasta el hospital para ser tratado de las congelaciones en los dedos.
La única opción que le dieron en el centro médico era la amputación de las seis falanges. El sherpa tiene una gran familia que mantener entre padres, mujer e hijos y no podía acepar este tratamiento.
Los familiares de Murtaza se acordaron también de Alex Txikon, el viejo amigo de su tío Ali, fallecido meses atrás junto a Sergi Mingote en el K2, y con el que el alpinista vasco hizo la invernal del Nanga Parbat en 2016.
Txikon se encargó de traer a Murtaza al hospital vizcaíno de Cruces para poder ser tratado por especialistas en este tipo de dolencias. Además, su compatriota Akhond Ishaq -afincado en Lemoa, le acogió en su casa a su llegada a España.
El tratamiento no será barato. De esta forma, Txikon ha abierto una cuenta para hacer crowdfunding y ayudarle a él y a su familia durante este duro trance.