Arrancan las Fallas en la Vall de Boí. Se trata de una fiesta dedicada al culto solar y agrario, en la que se celebra en torno al solsticio de verano. Las fallas fueron declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO del día 1 de noviembre del 2015.
La falla es un tronco resinoso de madera de pino de unos 2 metros de largo. Antes del arranque de esta fiesta, el tronco lleva sujeto un palo de fresno o de avellano a modo de antorcha.
Los fallaires descienden por la montaña en fila guiados por un jefe de grupo hasta llegar a la plaza del pueblo. Una vez allí, son recibidos con música y una gran fiesta y una hoguera con las fallas en torno a la cual se bailan danzas tradicionales.
Fallas, tradición y simbología
La simbología de esta tradición apela al hecho de arrancar el fuego de la montaña, como símbolo del sol y bajarlo hacía el pueblo con la idea de purificar los campos y los bosques, purificar la población y preservarla de los malos espíritus.
Dicen que las tradiciones sólo se mantienen vivas si las celebran año tras año la propia gente del territorio como algo propio y no simplemente como una herencia del pasado. La fiesta de las Fallas han sido desde tiempos remotos una tradición arraigada en los pueblos de La Vall de Boí.
Tras la apertura de las Fallas en Durro el 15 de junio, la fiesta se traslada el 23 de junio hasta Boí. El próximo 29 de junio, Barruera será la protagonista del fuego. Y mientras el 6 de julio Erill la Vall tomará el protagonismo, el 19 de julio llegarás hasta la población de Taüll. Finalmente, las Fallas llegarán al Pla de l’Ermita el 16 de agosto.