A los problemas de nieve para poder disputar los descensos masculinos entre Zermatt y Cervinia, previstos para el 28 y 29 de octubre, ahora empiezan a oírse voces discordantes sobre un evento en el que la FIS ha puesto todo su empeño. Con la etiqueta de la primera carrera transnacional en la Copa del Mundo -salida en Zermatt y llegada en Cervinia después de 3.700 metros-, su disputa pende de un hilo. Se ha tenido que posponer el control de nieve hasta el próximo sábado, con la esperanza de que en las tres noches que quedan la temperatura baje lo suficiente para poder producir nieve. La zona más afecta son los últimos 300 metros de la Gran Becca.
Ahora se ha alzado la primera crítica de un atleta. Ha sido el veterano francés Johan Clarey quien ha roto el hielo. A sus 41 años y a punto de iniciar su 18ª temporada en la Copa del Mundo, vigente subcampeón olímpico de descenso y mundial de super G, Clarey ha sido muy explícito con sus palabras a medios franceses.

«Esta carrera no tiene sentido. Muchos corredores piensan como yo pero no se atreven a decirlo. Opino que no debería celebrarse y su futuro no será brillante. Sabemos que las condiciones de los glaciares van a peor año tras año; y esta carrera exige enormes medios humanos para tapar baches y dejar la pista potable, de helicópteros para subir el material. No lo entiendo, no es el criterio que debería seguir la FIS», ha manifestado Clarey.
En su crítica ha incidido en el aspecto medioambiental. «En muchas estaciones de esquí han hecho esfuerzos para atraer al gran público respetando el entorno. Organizar carreras que suponen lo contrario no creo que sea una buena imagen para nuestro deporte». La cuestión operativa también ha merecido su atención y ha dicho que «es un descenso complicado de organizar y no han pensado en los deportistas. Para ir de la meta de la carrera al hotel hay un trayecto de hora y media en remontadores. La veo muy complicada». Clarey realizó un ‘stage’ de cuatro días hace dos semanas en el lugar.
El Matterhorn Cervino Speed Opening, que es otro de los nombres que se le ha dado a la carrera, tendrá su portillón de salida (si finalmente se celebra) sobre un armazón neumático. Tanto salida como llegada están alejadas de los núcleos urbanos de Zermatt y Cervinia. Los equipos masculinos pernoctarán en Suiza y los femeninos en Cervinia.