Suiza ha ganado por quinta vez el paralelo por equipos de las finales de la Copa del Mundo. Lo ha hecho en la final derrotando al rival histórico, Austria, imponiéndose en tres de las cuatro bajadas de una modalidad que ni es un slalom con puertas de gigante ni un gigante con marcaje de slalom. La tercera plaza ha correspondido a Alemania, que ha derrotado por idéntico resultado en la final de consolación a Noruega, defensora de su victoria del año pasado en Lenzerheide.
Como en los días anteriores, calor y nieve pasta; esta vez en la Roc de Fer de Meribel donde se ha disputado el evento y con los equipos con su alineación ‘B’ (Italia y Eslovenia ha sido las excepciones), pese a que todos los Globos están ya adjudicados menos el de slalom masculino y el de gigante femenino.

Ocho selecciones en la salida, con lo que se ha empezado por los cuartos de final. Austria ha empezado por eliminar a Eslovenia, primera ganadora de este formato en las finales de Rocarasso 2012. Lo ha hecho por diferencia de tiempos, mientras que en semifinales se ha impuesto con claridad a Noruega, que venía de eliminar a Francia tras empatar a dos. Suiza ha alcanzado la final tras ganar las cuatro bajadas de cuartos a Canadá y en semifinales ha ganado 3-1 a Alemania, vencedora ante Italia en cuartos por el mismo resultado.
En la final Suiza se ha impuesto en tres de las cuatro carreras. Delphine Darbellay no ha podido con Ricarda Haaser. Pero a continuación Livio Simonet, Andrea Ellenberger y Fadri Janutin han derrotado a Stefan Brennsteiner, Katharina Truppe y Patrick Feurstein respectivamente.
La paradoja austriaca
La rivalidad entre Suiza y Austria en los deportes de invierno tiene un claro dominador en esta moderna especialidad. Los helvéticos han ganado en cinco ocasiones desde el estreno en Rocarasso 2012, Suecia tiene dos victorias y Noruega, Alemania y Eslovenia una cada una. Paradójicamente Austria, que ha ganado 41 de las 56 Copas de Naciones por nueve de Suiza, nunca había llegado a la final del paralelo por equipos de unas finales de Copa del Mundo.

Hoy ha sido la primera vez y ha caído ante su eterno rival, que ha a alineado a Darbellay, 19 años y debut en la Copa del Mundo, Janutin, 22 años y tercera carrera y Simonet, 23 años, cuarta carrera y primera que acaba. La veteranía la ha puesto Ellenberger, de 28 años y una undécima plaza como mejor resultado en el circuito. Los grandes nombres no parecen prestarse demasiado a este espectáculo.
La combinada pierde la batalla
La combinada alpina parece haber perdido definitivamente la batalla. La FIS se ha inclinado por esta modalidad del paralelo, sea individual o por equipos. Hay que reconocerle a estas pruebas agilidad en su desarrollo y tirón televisivo para los no iniciados en el esquí alpino. Pero buscar el equilibrio entre los dos recorridos es difícil por no decir imposible; evitar el riesgo de lesiones ante unos esfuerzos cortos, muy intensos y repetitivos, lo mismo.
El esquí alpino es un deporte de equipo en cuanto a la suma de resultados individuales, no por su concepción en sí. Que es la del esquiador contra el cronómetro y la montaña. La combinada no rompe la esencia del esquí alpino, y premia la polivalencia en el escenario y la distancia habituales. Quizás en lugar de un descenso y un slalom o gigante se podría haber planteado un gigante técnico y un super G un poco más veloz. Ya es tarde. El consumo inmediato y la voracidad de la imagen se imponen en estos tiempos.