Una semana después de conceder un permiso especial a Vincent Kriechmayr,
recién restablecido de Covid-19, para disputar los descensos de Wengen sin haber tomado parte en ningún entrenamiento previo, la FIS parece haber incumplido su palabra según explica el periodista suizo John Nicolet en su cuenta de twitter.
Markus Waldner justificó el permiso a Kriechmayr alegando que se le otorgó “en interés de estos tiempos complicados debido a la pandemia. Es importante encontrar soluciones que permitan a nuestros atletas competir, siempre que puedan cumplir con los requisitos de salud necesarios. No se le ha dado ventaja a Kriechmayr y el jurado tomaría la misma decisión por cualquier otro atleta en esa misma situación”.
Según Nicolet, que ejerce en la radiotelevisión suiza RTS desde hace doce años, el israelí Barnabas Szollos, de 30 años y con sólo tres presencias en el circuito, vio denegada su participación en los descensos de Kitzbuehel tras una situación parecida a la de Kriechmayr. Szollos, que en el pasado Mundial de Cortina d’Ampezzo corrió todas las pruebas y acabó en el ‘top 30’ en todas menos en slalom, dio positivo en la PCR que debía integrarle en la burbuja de la Copa del Mundo.
En la primera reunión de capitanes su nombre fue retirado por la FIS de la lista de inscritos en el descenso. Más tarde Szollos pudo presentar una prueba negativa, que le permitirá correr el slalom pero no el descenso. La decisión se ajusta a la regla de que no se puede reincorporar a un esquiador tras ser eliminado. Con ello se le impidió al israelí tomar parte en la segunda prueba del descenso, que le podría haber permitido correr los dos programados. Con Kriechmayr no se actuó del mismo modo; la flexibilidad con la que se actuó en el caso del austriaco no ha aparecido por ninguna parte en el de Szollos.