Noruega es el nuevo campeón del mundo por equipos tras batir en una final ‘vikinga’ a Suecia, que se ha llevado la plata, miengtras que el bronce ha sido para Alemania, que ha batido a Suiza en la final de consolación.
La prueba por equipos, ya consolidada desde su instauración en Bormio 2005, es un paralelo pero por equipos. Se arranca en octavos con cuatro enfrentamientos en cada duelo, dos femeninos y dos masculinos. Es cuirioso que no se dispute ninguna carrera de esta modalidad a lo largo de la temporada, a excepción de las finales de la Copa del Mundo. Lo mismo ha ocurrido este año con la combinada, presente en el Mundial pero excluida del ‘Circo’ en beneficio de los paralelos, una modalidad denostada hasta el punto que ayer Federica Brignone dijera que “estas pruebas son una mierda. No volveré a competir en ellas”.
Sumas de tiempos y otras ecuaciones
Muchas son la irregularidades y aspectos a mejorar en una disciplina que nunca podrá equipararse, por historia y prestigio, a las cinco pruebas clásicas. Si ayer en el paralelo individual en caso de empate se premiaba la bajada más rápida, falseando la diferencia real en la primera, hoy se sumaban el mejor tiempo femenino y masculino de cada equipo para decidir el ganador.
Suiza estaba exenta de la ronda de octavos por ser la vencedora en el Mundial de St. Moritz 2017. Ha empatado en cuartos con Canadá y ha pasado por mejor suma de tiempos. Pero en semifinales ha caído ante Noruega en la misma circunstancia. Italia ha pasado también a cuartos empatando ante Finlandia y perdiendo seguramente para lo que queda de temporada a Lara Della Mea, evacuada en camilla aullando por el dolor en la rodilla izquierda. En la antepenúltima ronda los anfitriones han sido eliminados por Alemania, caída en semifinales tras empatar con Suecia. Total, que los que se han jugado las medallas han accedido a las respectivas finales empatando.
Decisión tardía en la final
En la ‘B’ Alemania ha ganado a Suiza también empatando y en la que se jugaba el oro se ha tenido que repetir la bajada entre Sebastian Foss-Solevaag, que se ha parado cuando Kristoffer Jakobsen se ha abierto demasiado en una puerta y ha invadido su terreno. Han dado ganador a Jakobsen, con lo que Suecia se ponía 2-0.

Antes de decidir qué se sentenciaba ante la reclamación noruega han dejado salir a Kristina Riis-Johannessen y Sara Hector, donde ha ganado la sueca, poniendo a su equipo 2-1 pues en un primer momento han dado ganador a Jakobsen. Se ha decido repetir esta bajada masculina y ha ganado Foss, pasando del 1-2 desfavorable a Noruega al 2-1 a favor a falta de la última bajada, donde Fabian Wilkens Solheim ha puesto el 3-1 para los campeones al derrotar a Matthias Roenngren en la última bajada. Lo normal hubiese sido atender la reclamación antes de dar pista al siguiente duelo. Pero todo en estas pruebas de ‘show’ está cogido con alfileres.
Un Mundial ocupa dos semanas, catorce días. Siempre hay que contar con cancelaciones debido a las condiciones meteorológicas. Si se disputasen las cinco pruebas clásicas ocuparían diez de los catorce días, con lo que quedarían cuatro para desahogar el calendario ante estas eventualidades. Sin paralelo y dando la victoria por equipos al mejor situado en el medallero no se habría tenido que disputar los dos super G y las dos combinadas en un mismo día. Televisivamente pueden ser pruebas atractivas pero no dan la talla en un Mundial y menos cuando no están consolidadas en la Copa del Mundo.
Mañana vuelven a Cortina d’Ampezzo las carreras de verdad, que ocuparán los cuatro últimos días con la disputa de los gigantes y los slaloms.
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