
Marta Bassino, Katharina Liensberger (ex-aequo) y Mathieu Faivre son los primeros campeones del mundo de paralelo, una modalidad que la FIS ha estrenado en el Mundial de Cortina d’Ampezzo y en la que todavía quedan muchos puntos por mejorar. Junto a Bassino y Liensberger, ha subido al podio Tessa Worley, bronce. Al podio masculino han subido, además de Faivre, Filip Zubcic, plata, y Loic Meillard, bronce.

Oro tras dos empates en ‘semis’ y final
Bassino ha ganado el oro tras empatar a tiempos la semifinal ante Worley y la final ante Liensberger. Cuando se da esa circunstancia se da como vencedora a la que haya hecho la bajada más rápida de las dos que deben realizarse en cada ronda. Si el empate persistiese se acude a los tiempos de las clasificatorias.
Bassino ha eliminado previamente a Meta Hrovat y Federica Brignone mientras que Liensberger ha superado a Alex Tilley, Maryna Gasienica-Daniel y Paula Moltzan, que ha perdido la final de consolación ante Worley. Cuando ya se había celebrado la foto del podio, la FIS ha decidido otorgar dos medallas de oro, incluyendo a Liensberger también como campeona.

Wendy Holdener partía como gran favorita ante la ausencia de Mikaela Shiffrin y Petra Vlhova. La mayoría de favoritos a las carreras técnicas de esta semana han obviado esta prueba, como harán lo mismo mañana en la prueba por equipos. La excepción ha sido a Italia, que ha llevado a su artillería pesada por el hecho de correr en casa y con la acuciante presión de no haber conseguido ninguna medalla en la primera semana.
La suiza ha caído en cuartos antes Moltzan, autora de una gran remontada en octavos ante Stephanie Brunner y que ha repetido ante Holdener, que ha salido muy mal en la segunda bajada.

Por su parte Mathieu Faivre, que ya había ganado el oro en el paralelo por equipos en St. Moritz 2017 y sólo ha ganado una vez en la Copa del Mundo, ha batido a Samu Torsti, Fabio Gstrein y Alexander Shcmid para encontrarse con Zubcic en la final. El croata ha ido dejando por el camino a Stefan Luitz, River Radamus y Loic Meillard, el más consistente de toda la jornada, en semifinales.
Dos trazados desiguales y un límite de tiempo absurdo
Tras las clasificatorias de la mañana, la pista Lino Lacedelli ha soportado sesenta bajadas en dos horas sobre una distancia no más allá de trescientos metros. Diecinueve puertas en un recorrido de gigante muy directo sobre dos trazados supuestamente paralelos e iguales.
Muy rápido se ha visto que la pista azul, la de la derecha en el sentido del descenso del esquiador, era la que más penalizaba. En la primera bajada de octavos femenina sólo Brignone ha logrado imponerse por la azul mientras que Worley y Frasse Sombet han empatado.

En la primera bajada se pone al perdedor un tope de medio segundo de diferencia. Pero en la segunda no. Eso supone que si un corredor cede siete décimas sobre su rival en la primera bajada se le aplica medio segundo. Pero si en la segunda bajada gana a su rival por 52 centésimas, pasa ronda con dos centésimas de ventaja gracias a que se le ha perdonado el tiempo perdido real en la primera manga.
Aparte de ser el trazado azul más lento y con mayores cambios de terreno, la nieve se ha transformado mucho más rápido en la zona alta de esa pista.

Otro aspecto que ha sido criticado por buena parte de los deportistas es el esfuerzo que requiere una prueba de este tipo. A medida que se pasan rondas es un subir y bajar continuo para realizar un trabajo físico y mental de mucha intensidad para un trayecto muy breve. Se apura al máximo aumentando el riesgo de lesión, cualquier error es muy difícil de corregir y el detalle más nimio puede ser decisivo. Timo Haugan se ha lesionado el hombro derecho al golpearse en el portillón de salida en la ronda de octavos. Seguramente dirá adiós a la temporada.
La FIS está empeñada en imponer esta nueva disciplina en detrimento de la combinada, que distingue al esquiador más completo. Ya lo hizo con la prueba por equipos, instaurada en Bormio 2005. Televisamente vende y más que una carrera parece un videojuego. Esta no es la esencia del esquí alpino. Valdría como exhibición, pero darle el mismo rango que a un oro en descenso o slalom no tiene sentido. Y los esquiadores son los primeros que lo saben.
CLASIFICACIONES
Paralelo femenino
Paralelo masculino