Los aficionados siguen fieles a la cita banca navideña gracias al esquí. Las estaciones catalanas están todas abiertas pese a las restricciones y limitaciones de movilidad. Unos días festivos marcados por la pandemia con desigual incidencia según los valles de montaña.
Los cierres perimetrales del pasado martes en las comarcas pirenaicas de La Cerdanya y El Ripollès han deslucido la cita blanca navideña. El turismo de nieve se vio obligado esta semana a anular la estancia blanca en estos valles de montaña. Tan sólo podrán disfrutar de la nieve aquellos esquiadores que se desplazaron a sus segundas residencias u hotel con anterioridad al cierre.

FOTO: Boí Taüll
Las reservas de esquí suben en los valles pirenaicos de Lleida
Quienes han notado un incremento de aficionados han sido los valles de montaña de Lleida. Unos esquiadores que han cambiado sus reservas a la val d’Aran, valle de Boí, Pallars y Alt Urgell. Con una media del 60%, las estaciones de Baqueira, Boí Taüll, Espot, Port Ainé y las nórdicas podrían aproximarse al 90% de ocupación para fin de año, si no hay más restricciones de movilidad la semana próxima según evolucione la pandemia. Así lo afirma Elnacional.cat.
El deporte blanco es en principio una actividad segura. En primer lugar, la práctica deportiva blanca se lleva a cabo al aire libre. Igualmente, y tras la suspensión del après-ski, la nieve no comportaría un aumento de casos. Las estaciones cumplen con toda la normativa anti Covid, aunque también hay que apelar a responsabilidad individual.

FOTO: Port ainé
incidencia de la Covid en las comarcas del Pirineo catalán
Las comarcas de La Cerdanya y El Ripollès vieron el martes pasado truncadas sus expectativas navideñas tras un cierre perimetral, marcado como improvisado por parte del sector.
Ambas comarcas continúan con el índice de transmisión disparado. Los casos aproximados se sitúan ahora con más de 2.000 y 1.800, respectivamente. Unas ratios que podrían ir a la baja los próximos días dados los cierres perimetrales.
Los valles pirenaicos de Lleida -valle de Boí, Pallars, val d’Aran i Alt Urgell-, tienen valores de incidencia desiguales. La Alta Ribagorza es una de las pocas comarcas con menor incidencia, con menos de 12 casos por cada cien mil habitantes. A continuación se encuentra el Pallars con apenas de 62 puntos. Le sigue l’Alt Urgell con 548 y la val d’Aran con 550.
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