Mikaela Shiffrin retoma la competición el fin de semana después de exactamente 300 días de ausencia en el circo blanco. La muerte de su padre a inicios de febrero y el cierre de la Copa del Mundo en marzo por el coronavirus truncó su temporada. Igualmente una lesión en la espalda le impidió estar este año en la apertura inaugural de Sölden.
Con tantos contratiempos familiares y sanitarios, la estadounidense no se alzó con el globo de Cristal. Tal y como apunta Skiweltcup.tv, hay que admitir que la vuelta de Shiffrin pondrá otra vez en vilo al resto de sus compañeras, ya que es una atleta casi invencible en el slalom.
Shiffrin vuelve motivada, recuperada y a por todas
El 26 de enero de 2020 disputó su última carrera, un Super-G en Bansko, que Shiffrin ganó. La muerte repentina de su padre una semana más tarde la dejaría fuera del circuito. No en vano, fue un golpe familiar que tardaría en superar. La muerte de su padre Jeff cambió su vida para siempre.
Dispuesta a volver a primeros de marzo en Åre, Suecia, para superar a Federica Brignone de Italia y Petra Vlhová de Eslovaquia, la Copa del Mundo se suspendía por la Covid19. La temporada 2019/20 terminó demasiado pronto y la americana se quedó el Globo de Cristal.
Shiffrin tampoco estuvo en el inicio de la Copa del Mundo 20/21
Una lesión en la espalda la apartó del gigante inaugural de Sölden. Después de 300 días vuelve al Mundial de Levi. Y es que Finlandia es una buena pista para Shiffrin, donde ha ganado hasta cuatro veces.
La estadounidense, ya recuperada, ha trabajado a fondo en Copper Mountain y llega al norte de Europa en buena forma. De esta forma y tras unos momentos muy difíciles los últimos meses, sus fans están ansiosos por ver a Mikaela de regreso en las carreras de esquí de la Copa del Mundo.