La candidatura de los Juegos de Invierno Pirineus-Barcelona 2030 ha quedado paralizada debido a la gestión del Covid-19, que ha impedido formalizarla ante el COI. Este trámite estaba previsto realizarlo el pasado mes de julio pero por motivos de agenda no pudo hacerse, ya que era necesaria una reunión a cuatro bandas entre el Comité Olímpico Español (COE) y las tres administraciones implicadas: Gobierno español, Generalitat y Gobierno de Aragón.
El secretario general del Deporte de la Generalitat, Gerard Figueras, lo ha explicado a la comisión de Asuntos Institucionales del Parlamento catalán, donde varios partidos de la oposición han señalado «una falta de liderazgo» del gobierno catalán en este tema.
Según Figueras el trabajo técnico está finalizado pero se ha decidido «parar máquinas» hasta obtener el aval del gobierno español al proyecto olímpico de 2030. Cuando las cuatro partes se pongan de acuerdo para avanzar con el proyecto, se retomará la actividad.
Figueras ha precisado que el coste de organización de los Juegos son unos 1.300 millones de euros, de los que el COI se hace cargo de las dos terceras partes y el resto llegarían de la venta de entradas, merchandising y aportaciones privadas. Según Figueras el acontecimiento se autofinancia.
Para Alejandro Blanco, presidente del COE, «la de Pirineus-Barcelona 2030 ha de ser una candidatura de consenso político y social. Es un proyecto que posibilitaría que la sociedad caminase de la mano con un objetivo común». Una situación que, en este momento, no se está dando en España.