El Principado de Andorra sigue, al igual que el resto de Europa, afectada por la segunda ola de la Covid-19. Pese a ello, las medidas drásticas ya adoptadas y un control exhaustivo de toda la población y los trabajadores temporeros de pistas permitirán salvar la temporada de esquí.
Andorra ha previsto una inversión de un millón de euros al mes. De esta forma, realizará test de saliva al 40% de la población. Unas pruebas que irán dirigidas a aquellas personas que por su trabajo estén más expuestas con el virus.

FOTOS: Vallnord
Los miles de temporeros extranjeros, como chilenos o argentinos, deberán presentar una prueba PCR negativa un máximo de 24 horas antes de solicitar el permiso de trabajo. Sólo así se les garantizará el trabajo en las pistas de esquí.
La contratación de estos trabajadores se verá reducida en un 30% menos que la temporada pasada. Serán un total de 3.224 permisos, teniendo en cuenta que el turismo sufrirá un retroceso este invierno.
Test masivos a la población de Andorra
El gobierno de Andorra realizará pruebas semanales a las residencias de de la tercera edad, estudiantes y profesores. Así lo ha señalado el ministro de Sanidad, Joan Martínez Benazet, destacando “un aislamiento mucho más selectivo”.
El Principado depende principalmente del turismo. Y si ya en la primera ola de la pandemia logró estar libre de covid-19, de cara a la temporada de esquí sigue las mismas directrices. De hecho, las restricciones en Andorra han sido muy austeras desde primeros del mes de octubre para poder doblegar la curva de contagios.

Se podría testar a los turistas
Mucho se ha hablado sobre la posibilidad de efectuar test rápidos a los turistas al entrar al Principado. Una cuestión que ya se puso sobre la mesa antes del verano y que finalmente se descartó.
El gobierno descarta hoy por hoy la realización de estas pruebas, dado el gran cribado constante que hace con la población andorrana. Así lo explica el periódico Pobleandorra.ad
El ejecutivo sigue la línea de ofrecer garantías al máximo del control permanentemente dentro de la población que vive en el país y descarta que hacer test a los millones de turistas que llegarán durante la temporada de invierno.
El ministro de sanidad, Joan Martínez Benazet, ha dejado pero la puerta abierta a que los test a los turistas sea una opción “encima de la mesa”, según evolucione la pandemia.
El ejecutivo, sin embargo, no se opone a que las empresas privadas del sector turístico opten por hacer test a los visitantes. No se pondrán impedimentos si algún comercio, hotel o pista de esquí, entre otros, quiere ofrecer el test como atractivo turístico.