
Un entrenamiento en Kirchberg, no muy lejos de Kitzbuehel, echó por tierra las aspiraciones de Dominik Paris de ganar su primer Globo de descenso. El italiano se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y sufrió una microfractura en la cabeza del peroné de la misma pierna. Ahora ya está restablecido y espera volver a entrenar cuando sea posible, con la mente puesta en la próxima temporada.
El golpe anímico para el esquiador de Val d’Ultimo fue grande porque en el momento de la lesión luchaba por la esfera de descenso con Beat Feuz, de quien le separaban sólo 16 puntos. Y en la general absoluta era quinto a 57 puntos de Alexis Pinturault, líder en aquel momento. Por si fuera poco, estaba a punto para el desafío de ganar por cuarta vez el descenso en la mítica Steif de Kitzbuehel, con lo que hubiese igualado la marca de Franz Klammer y poder pensar en llegar a la absoluta de Didier Cuche, con cinco triunfos en la Hahnenkamm.
Padre por segunda vez
Durante el confinamiento se produjo en casa de ‘Domme’ el feliz acontecimiento del nacimiento de su segundo hijo, Lio, hace tres semanas. «De momento nos deja dormir, somos una familia feliz. Ayudo a mi esposa en todo lo que puedo y en la cocina no me va tan mal», empieza explicando Paris, que pertenece al equipo de Carabinieri italianos.

El último control médico le ha dado luz verde para empezar a preparar la temporada en el gimnasio de su casa. «La rodilla está evolucionando bien pero habrá que ver las reacciones cuando me calce unos esquís. Esta ha sido mi primera lesión de importancia. No creo que a nivel físico y técnico vaya a afectarme demasiado. Lo importante será tener confianza para enfrentarme a mis rivales, que a causa de la pandemia también están parados como yo», dice Paris.
De su debut en la Copa del Mundo, en el super G de Val Gardena en diciembre de 2008, mantiene fresco el recuerdo de coincidir con Hermann Maier, su ídolo de niñez. Bode Miller, Didier Cuche o Michael Walchhofer han sido algunos nombres míticos a los que se ha enfrentado. Opina que el descenso es la disciplina que menos ha cambiado. «Dejando a un lado los adversarios las variaciones más notables se refieren al orden de salida y el material», afirma.
Especialista en ‘dobletes’
Acumula 18 victorias en la Copa del Mundo, en cuatro ocasiones ha ganado dos carreras en 24 horas (Bormio 2018 y 2019, Kvitfjell 2019 y Soldeu 2019) y asegura que para lograrlo «es necesaria una mezcla de experiencia, estado físico, regularidad y, sobre todo, saber gestionar el estrés. No es como cuando ganas por primera vez, que no entiendes nada».

Vigente campeón del mundo de super G, Paris señala a Beat Feuz como su oponente más duro. «Es un esquiador muy sólido pero antes de tenerle como rival más directo el número uno era Svindal», asegura. Con 31 años recién cumplidos todavía no piensa en la retirada y cree que le quedan un par de años buenos. «Pero en este tiempo han de consolidarse los jóvenes, que vayan haciéndose un lugar en el equipo para poder realizar un relevo en condiciones», explica.
Se siente contento con su trayectoria deportiva aunque tiene un par de espinas clavadas. «Una es perder el descenso de Kitzbuehel en 2015 por dos centésimas ante Jansrud al día siguiente de haber ganado el super G. Y también el super G de 2019 en el mismo escenario cuando acabé tercero. Esas dos carreras se me fueron por pequeños errores que acaban siendo decisivos. Pero no me puedo quejar porque a veces las cosas salen como uno quiere, como mi primera victoria en Bormio, ex-aequo con Hannes Reichelt y con Svindal tercero a una centésima y Klaus Kroell cuarto a dos».

Descarta disputar gigante pero dice que lo entrenará «como algo útil para el super G. Habrá que ver cómo se desarrolla la próxima temporada pero no me veo luchando por el Gran Globo, se me antoja algo muy lejano por más que en la temporada pasada podría parecer algo factible».
Muchas incógnitas sobrevuelan el próximo invierno. Paris prefiere no darle muchas vueltas de momento. «Kilde y Pinturault deberían partir como favoritos pero veremos cómo será la próxima temporada. El calendario está muy cargado y hay carreras con muy pocos espectadores o las pruebas paralelas que para mi no tienen sentido. Y habrá que ver qué pasa también con la prueba preolímpica en China», concluye ‘Domme’.