El coronavirus ha obligado a clausurar toda actividad en la montaña y las estaciones de esquí han tenido que echar el cierre antes de finalizar la temporada. La estrategia contra la pandemia no es unánime y cada país ha adoptado sus medidas sanitarias. El riesgo de propagación sigue existiendo y algunas estaciones noruegas, austriacas, checas y chinas están a punto de reabrir observando estrictas medidas de protección.
Según snow-forecast.com, en Noruega son cinco estaciones las que han iniciado gestiones para volver a abrir el 1 de mayo. Son las estaciones de Al, Hovden, Roldal, Skarslia y Voss Myrkdalen. Sólo la primera ha obtenido el permiso de las autoridades locales, quedando el resto a la espera de una respuesta oficial. Las condiciones para lograr el permiso de reapertura son estrictas y se valora en profundidad las condiciones de higiene social y capacidad de respuesta de los centros sanitarios locales, respetar las distancias y tamaño de la estación. Las que son demasiado grandes ya saben que no lo van a obtener.

Las reglas de bloqueo se han suavizado y en el caso de abrir sólo podrán ser utilizadas sólo por los habitantes de la zona, estando todas sus instalaciones interiores cerradas (bares, guarderías, etc.). Todas presentan muy buenas condiciones de nieve. Roldal, por ejemplo, cuenta con un grosor de seis metros. El glaciar de Fonna abrirá el 1 de mayo y el de Stryn, el 29 de mayo. Otras pequeñas estaciones noruegas fronterizas con Suecia no han cerrado durante la pandemia.
Austria, en vías de normalizarse lentamente
En Austria se ha permitido el esquí de travesía a partir del 1 de mayo y se está estudiando de qué manera podrían volver a entrenar los atletas de élite del país. Sin haberse comunicado nada de manera oficial, la idea sería trabajar en grupos reducidos.
En la República Checa la temporada de invierno ya ha finalizado en las estaciones aunque la pequeña estación de Praded ha reabierto.

China fue la primera en cerrar las estaciones de esquí, en el mes de enero, y algunas han vuelto a reabrir, las de esquí ‘indoor’ incluidas. Quien quiera esquiar debe hacerse con un permiso gubernamental que certifique que no tiene el virus, además del uso obligatorio de mascarillas.
En Japón el ‘lockdown’ no fue total y algunas estaciones siguieron operando hasta finales de marzo mientras que otras han seguido abiertas. Pero un rebrote las ha hecho cerrar a casi todas mientras que algunas no lo han hecho al no existir una obligatoriedad.

Suecia fue de los últimos países en recomendar el cierre de sus estaciones. Pero como tampoco existe obligatoriedad, cuatro de ellas han seguido trabajando. Una es Riksgransen, con un grosor de nieve cercano a los seis metros.