El alpinista austriaco Max Berger hollaba la cima del Broad Peak (8.047 m) el día 4 de julio. Berger, que lideraba la expedición Furtenbach Adventures, subió sin oxígeno embotellado, tras haber llegado al Karakorum apenas dos semanas antes.
Junto a los sherpas, equiparon la ascensión para facilitar el paso a sus clientes. El austriaco de 50 años, que subió con su parapente de menos de un kilogramo de peso, estaba decidido a bajar con parapente desde la mima cumbre.
Berger grabó su vuelo en parapente desde el C3
Las condiciones no fueron las mejores, y el alpinista bajó a pie hasta el campo 3. Al día siguiente y desde allí, a una altura de 7.100 m, Berger desplegó su parapente y en menos de 30 minutos se dirigió al Campo Base. De esta forma, y después de haber sumado la duodécima montaña más alta el día anterior, el austriaco se ahorró dos días de descenso.
Tal y como explica Planetmountain.com, el vuelo de Berger es solo la primera fase de su ambicioso proyecto, Climb to Fly. No en vano, el austriaco se está preparando para subir al K2. El plan es subir a la cima de la segunda montaña más alta del mundo a través de la cresta de Abruzzi y luego descender en parapente.
Para ello, las condiciones deben ser absolutamente perfectas, tanto para el ascenso como para el despegue. Y es que para poder volar desde la cima, tendrá que tener el viento en la dirección correcta y no más de 20 km / h.