El Everest vivió este miércoles uno de los mayores incidentes jamás visto. Los montañeros debieron guardar colas kilométricas para poder llegar a la cima. Una jornada además teñida de negro con otras dos muertes.
Más de 200 alpinistas aprovecharon un miércoles de buen tiempo para escalar, desde Nepal y China, hasta el pico más alto del mundo (8.848 m). Pero los equipos tuvieron que esperar su turno durante horas a riesgo de contraer congelación y mal de altura.
Las horas de espera para subir al Everest causó dos muertes
Un organizador y una india perdieron la vida en una jornada que sin duda pasará a la historia por el grave colapso que atrasó tanto las subidas como las bajadas. Donald Lynn Cash, un estadounidense de Utah, que había hollado las siete cumbres de los picos más altos de cada continente, se desvaneció tras haber hollado la cumbre.

La mujer, Anjali Kulkarni, murió durante el descenso mientras bajaba con los sherpas. El organizador de la expedición de Anjali Kulkrani, Arun Trek, culpó a la congestión en la cima, señalando que el tiempo de espera para llegar a la cima le pasó factura.
Se eleva ya a 13 el número de fallecido en alguno de los ochomiles
Estas dos muertes elevan a cuatro el número de montañeros muertos en Everest desde el inicio de la temporada alta el mes pasado. Además, son ya 13 los montañeros que han perdido la vida en alguno de los ochomiles. A los del Everest hay que sumar tres en el Kanchenjunga, tres más en el Makalu, uno en el Lhotse, uno en el Annapurna y otro en el Cho Oyu.
Se trata de la temporada en la que más permisos se han expedido para coronar el Everest con un total de 378 licencias. Se han registrado colas de varias horas en un estrecho paso de la ladera cercano a la cumbre al congregarse más de 200 alpinistas a la vez.
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