Cierto que el material de esquí tiene fecha de caducidad. Pero, un mínimo de cuidados al finalizar la temporada ayudarán a tener un esquí más seguro la próxima temporada.
Optimizar el material al concluir la temporada
Las tablas
Dejar secar bien los esquís o tabas de snowboard. Hay que asegurarse de que no queden húmedos. En este sentido, es importante no guardar el material en espacios húmedos como sótanos, garajes, etc. Los cantos podrían oxidarse con facilidad, un óxido que podría penetrar en la suela y, en consecuencia, dañar el esquí.

Si las suelas están deterioradas, habrá que repararlas consecuentemente en un servicio de mantenimiento. En caso contrario, será suficiente un encerado. También puede añadirse un poco de grasa en los cantos a fin de protegerlos.
Siempre es mejor guardar los esquí separados el uno del otro. En caso de guardarlos unidos por los frenos de las fijaciones, hay que verificar que la parte central de las tablas no queden pegadas entre sí. Se debe respetar la ligera forma de arco del esquí.
Una buena preparación del material es sinónimo de un esquí más seguro
La fijación
Es indispensable que esté bien limpia y seca. Habrá que quitar cualquier hierba que haya podido quedar adherida en la misma. Como ya viene engrasada internamente de fábrica, sólo habrá que aflojarla al mínimo para que el muelle no pierda tensión.

La bota
Sacar el botín de la carcasa y dejarlo secar a temperatura ambiente o con algún tipo de seca bota. Evitar el contacto con radiadores o secador de pelo. Los cambios bruscos de temperatura pueden llegar a romper el plástico exterior. La bota deberá permanecer cerrada con los ganchos para que no se deforme.
Los palos
Revisar que las correas y las arandelas estén en óptimas condiciones. En caso de rotura existen repuestos.