
Los duelos entre Marcel Hirscher y Henrik Kristoffersen en el slalom, y en menor medida en el gigante, están en camino de marcar una época. El austriaco, de 29 años, y el noruego de 24 mantienen un pulso desde que Kristoffersen obtuviese su primera victoria en la Copa del Mundo, en enero de 2014 en Schladming. En aquella ocasión Hirscher fue segundo a 19 centésimas. Antes, ya habían coincidido una vez en el podio; en noviembre de 2017 cuando Hirscher logró en el slalom de Levi su 19ª victoria en la Copa del Mundo y Kristoffersen subía por primera vez para ser tercero a 93 centésimas.
Había nacido una rivalidad que se ha ido cimentando a medida que Kristoffersen ha madurado. La temporada pasada, en la que el noruego subió hasta quince veces al podio (por una única victoria, el slalom de Kitzbuehel), en trece lo hizo con Hirscher como ganador. En su única victoria derrotó al de Salzburgo, segundo, por 97 centésimas. Hirscher llevaba en ese momento cinco victorias consecutivas.
Kristoffersen, obligado a arriesgar
El talento de Marcel Hirscher sigue mandando, por lo que se vio en el slalom inaugural de Levi, y las diferencias se acortan cuando Kristoffersen logra combinar correctamente su técnica y su arrojo. Valentía que, inevitablemente, le lleva a cometer errores. Pero es la única manera de molestar todo lo posible al mejor esquiador de la historia en cuanto a Grandes Globos, con siete Copas del Mundo conquistadas consecutivamente.

Kristoffersen es joven e impetuoso, ha cometido errores propios de la edad y hace dos temporadas mantuvo un conflicto con su federación a cuenta de un conflicto de intereses de patrocinadores. Solucionado el problema, esa temporada ganó cinco veces, siempre con Hirscher segundo menos en Adelboden que quedó tercero.

La mayor ventaja que Kristoffersen le ha sacado a Hirscher en un podio fue la del slalom de Madonna de 2015, donde el austriaco fue segundo a 1″25. La más exígua, en el slalom de Kitzbuehel 2016, tres centésimas. Por el contrario, Hirscher le ganó el gigante de Alta Badia del año pasado por 1″70 mientras que la victoria más ajustada sobre el noruego fue cinco días después en el slalom de Madonna de Campiglio.
Hirscher lleva 123 podios en la Copa del Mundo, 58 de ellos en lo más alto, 43 veces como segundo y 22 como tercero. Kristoffersen ha subido 46 veces, 16 como ganador, otras tantas como segundo y 14 como tercero.

Hirscher jugando al despiste
El aspirante debe ir a más y el campeón a menos. Les separan más de tres años y medio pero de momento Hirscher sigue en plenitud. Le gusta jugar en la pausa veraniega al despiste, diciendo que no quiere extender demasiado su carrera deportiva.
Pero en cuanto se pone un dorsal se transforma en una máquina de superar palos, terrenos cambiantes y todo tipo de condiciones de nieve y climatológicas. Este verano ha sido padre por primera vez y le ha servido para reforzar su discurso dubitativo. Sin embargo, a la que escucha la cuenta atrás en el portillón sólo se centrar en ser el más rápido en llegar a la meta. Tiene cuerda para rato si las lesiones le respetan y no se cansa de competir. La autoridad que le dan sus victorias y cómo las inflige a sus rivales es un arma psicológica a su favor.
El noruego no se rinde
Kristoffersen no ceja en el empeño y ha comprobado que los puntos que consiga en las disciplinas técnicas no son suficientes. Por esto el pasado verano se planteó disputar esta temporada algún super G después de haber obtenido en abril los puntos necesarios para obtener la licencia en esta disciplina. Mucho tendrá que puntuar si nos atenemos a las diferencias en la general final de las tres últimas Copas del Mundo. En 2016 acabó segundo a 497 puntos de Hirscher, en 2017 fue tercero a 796 y en 2018 345.

Este verano ha trabajado a conciencia para llegar a punto a las primeras carreras. Quiere correr más agresivo y ha aumentado su peso para tener más fuerza, según explicó en una entrevista a su patrocinador. No quiere que se rompa la racha del año pasado, que califica como el mejor de su trayectoria pese a una única victoria. Asume su papel de aspirante ante Hirscher, «que me obliga a mejorar continuamente pese a que me ha impedido ganar muchas carreras. Para mí es fantástico que se me considere como el rival de uno de los más grandes de todos los tiempos. Lo mejor es cuando ganas a los mejores. Y Marcel es el mejor».
Juegos y Mundiales
Fuera de la Copa del Mundo, Hirscher logró por partida doble su sueño hasta entonces frustrado de ser campeón olímpico al colgarse el oro en el gigante y combinada de Pyeongchang. Antes ostentaba la plata del slalom de Sochi, donde Kristoffersen fue bronce. El noruego fue plata además en el gigante de Pyeongchang por detrás de…

En los Mundiales Kristoffersen nunca ha logrado subir al podio después de haber sido campeón del mundo junior hasta en seis ocasiones. Ha sido tres veces cuarto, en el slalom de Vail 2015 y en el slalom y el gigante de St. Moritz 2017, en los que el austriaco fue campeón. Hirscher exhibe cuatro oros mundialistas, slalom de Schladming 2013, combinada de Vail 2015, y slalom y gigante de St. Moritz 2017.