
El noruego Henrik Kristoffersen ha concedido una entrevista a su patrocinador personal, Red Bull, en la que explica cómo encara la próxima temporada, el trabajo desarrollado durante el verano y la lucha que mantiene por la supremacía en el slalom con Marcel Hirscher, posiblemente el mejor de todos los tiempos en la Copa del Mundo.
Kristoffersen, de 24 años, ha sido el primer esquiador en ganar los cuatros slaloms míticos de Adelboden, Kitzbuehel, Schladming y Wengen en una misma temporada (2016). Ganó el Globo de slalom en 2016, el bronce en esta disciplina en Sochi y la plata en el gigante de Pyeonchang. Cuenta con 16 victorias en la Copa del Mundo, todas en slalom menos el gigante de Méribel de 2015.
El motocross, su gran pasión
Su aproximación a la temporada 18-19 no ha diferido demasiado de las de otros años. «No he esquiado desde finales de abril. He entrenado mucho y variado ‘en seco. Al nivel que se compite es necesario tener tanta fuerza como agilidad. Paso mucho tiempo en le gimnasio, además de ir en bicicleta, correr y nadar. Hay que buscar variación cuando entrenas 350 días al año», empieza explicando Kristoffersen.

También dedica sus buenas horas al motocross, modalidad en la que empezó con seis años. «Ha sido parte de mi vida desde que era muy joven y me ha ayudado a ser el esquiador y la persona que soy hoy en día. Es un deporte muy exigente y hay muchas cosas que se pueden aprovechar para el esquí, como la elección de la línea y ciertos movimientos. Me ha ayudado mucho y me lo paso muy bien. De pequeño quería ser piloto de motocross y cuando deje el esquí quiero competir con los ‘seniors’. Mi padre todavía compite».
Ganar peso para tener más fuerza
Uno de sus objetivos más inmediatos es el de seguir cogiendo peso. Asegura sentirse más ligero en comparación a sus rivales y señala que «quiero tener más fuerza para correr más agresivo. En gigante, cuando la pista está difícil, he tenido algunos problemas al ser tan ligero. Yo peso cerca de 78 y la mayoría de mis rivales están en ochenta y pico. Tonya, mi novia, es nutricionista y me está ayudando mucho. Para mí el tema de la comida es más duro que el entrenamiento».
Cada vez ve más cerca la posibilidad de igualarse a Hirscher. El año pasado fue parco en victorias (una, en Kitzbuehel) pero subió quince veces al podio, once como segundo y tres como tercero. Disputó 19 pruebas de la Copa del Mundo, las acabó todas y sus peores puestos fueron dos novenos en los ‘City Event’ de Oslo y Estocolmo.

«Quiero mejorar en todo. La temporada pasada estuve muy cerca de Marcel en la mayoría de carreras. Pese a la escasez de victorias creo que fue mi mejor temporada. Hirscher es el hombre a batir y espero ponérselo lo más difícil que pueda», asegura el noruego.
Marcel Hirscher, su bestia negra
La rivalidad es buena y fomenta la afición. Explica Kristoffersen que «es lo que quiere la gente: rivalidad, competitividad. Los deportes se hacen grandes gracias a las rivalidades y para mí es fantástico que se me considere como el rival de uno de los más grandes de todos los tiempos. Por supuesto que yo también quiero ser considerado así. Pero todavía no he llegado a ese nivel; he de ganar más carreras aunque estar en la lucha es una sensación muy buena».
Que Hirscher sea su ‘bestia negra’ tiene su ventaja –«te obliga a mejorar continuamente»– y su inconveniente -«me ha impedido ganar muchas carreras»– y asegura que la relación entre ambos es buena. «Somos buenos amigos y le respeto mucho. Creo que él ve algo suyo en mí. Hablamos de cosas diferentes con total libertad. Lo mejor es cuando ganas a los mejores. Y él es el mejor».

Aksel Lund Svindal, su guía
Uno de los esquiadores que más ha inspirado a Kristoffersen es su compatriota Aksel Lund Svindal. «Es mi modelo al 100%. Me ha ayudado mucho, sobre todo en mis inicios. La manera en cómo vuelve de las lesiones dice mucho de él; la gente no imagina la cantidad de trabajo y dolor que hay tras cada reaparición. Es un tipo muy centrado y siempre lo da todo».
Slaloms y gigantes nocturnos para ganar audiencia
Prefiere competir de noche y aboga porque las carreras sean nocturnas. «Definitivamente, creo que es lo mejor para este deporte. La atmósfera es mejor y la luz es uniforme en toda la pista. Para mí todos los slaloms y gigantes tendrían que ser nocturnos. No creo que el esquí alpino necesite más disciplinas; sólo hay que hacerlo más accesible. En el fin de semana, con buen tiempo, la gente lo que quiere es esquiar, no ver carreras por TV. Por la noche las vería mucha más gente», dice convencido.

El incidente en el pasado slalom nocturno de Schladming, donde le lanzaron bolas de nieve mientras competía es un mal recuerdo que espera que no se vuelva a repetir. «Lo noté mientras esquiaba y le dije de inmediato a Marcel que me había ganado en buena lid. No reclamé porque estaba muy atrás y no tenía opción: Si hubiese estado más cerca no sé qué hubiera hecho. Fue una situación molesta e irrespetuosa. Vivo en Austria y amo este país y de una asistencia de 50.000 aficionados no vas a culpar a todo un país por lo que hayan hecho cuatro insensatos».
La relación con Lars, su padre y entrenador
Su padre, Lars, es su entrenador. Y Henrik es feliz con ello. «Sin él no estaría donde estoy. Claro que hay momentos tensos y difíciles. A veces, cuando las cosas no van bien, oyes cosas de tu padre sobre ti que no te gustaría oír. Pero es normal. No cambiaría nada y, a lo mejor, cuando tenga hijos él se encargará de entrenarlos. A veces he pensado si yo sería capaz de hacer con mis hijos lo que él ha logrado conmigo. No estoy del todo seguro de si sería capaz. Pero él sí lo ha sido».

Su carrera favorita es la de Kitzbuehel, donde ha ganado en 2016 y 2018. «Esa bajada es todo un reto y creo que es el slalom más exigente del circuito. Soelden es el que asusta más y Schladming tiene la atmósfera de carrera nocturna. Para mí estas tres son las destacadas».
Evidentemente su deporte favorito para ver es el motocross y confiesa que «Ken Roczen es mi ídolo. Tenemos la misma edad y desde muy joven ya era un fenómeno; yo llevaba su dorsal (94) en mi moto. Es un deportista que transmite emociones. También me gusta mucho ver a Jeffrey Herlings; es increíble lo rápido que va. Y suelo seguir bastante a Nino Schurter en las carreras de MTB del circuito UCI».