La primavera se resiste a entrar este año, y todo apunta a una baja actividad solar. Las precipitaciones podrían ser protagonistas como mínimo hasta el 20 de mayo. Todo apunta a que, “estamos inmersos en un ciclo de poca actividad energética del sol, llamado el ciclo 24-25 desde 1750”.
Los períodos de frío extremo del invierno y nevadas abundantes están vinculadas a la fase “más débil” del sol
Así lo recoge un estudio, donde científicos de la NASA predicen que las temperaturas continuarán cayendo en picado en el año 2019 y 2020. Y es que aproximadamente cada 11 años más o menos, el sol alcanza su llamado mínimo solar, o un período de calma relativa en toda su superficie.

El mínimo solar es una parte normal del ciclo de la estrella cuando las manchas oscuras se desvanecen y se vuelven menos activas.
Según el científico de la NASA, Holly Gilbert, las manchas solares son regiones oscuras en la superficie del sol, donde las áreas intensas de fuerza magnética se amontonan para atrapar todo el calor y la luz que escapan.
La temperatura del sol típicamente se encuentra alrededor de la región de los 6.000º C, pero las manchas solares masivas del tamaño de la Tierra son aproximadamente 1.500ºC más frías.
¿Serán generosas las próximas temporadas de esquí por la baja actividad energética solar?
Dani Ramírez, meteorólogo de la televisión autonómica de Catalunya, explica que el ciclo de poca actividad energética solar podría haber comenzado el invierno pasado.
“Simplificando el estudio de la NASA, estamos entrando a un ligero enfriamiento de la Tierra que puede durar de 2 a 4 años”.
Son ciclos naturales de 9 a 11 años y ahora toca a un mínimo solar. Todo ello no dista de que en estos periodos no vaya a hacer calor durante el verano. Lo que si es cierto es que hay más índice de precipitación y menos irradiación solar.
“Después de este periodo más frío, unos 5 o 7 años después preparémonos para un ciclo de calentamiento que se podría unir con el adicional calentamiento del planea”, explica Ramírez.
Lo cierto es que ha habido años seguidos de frío con mucha nieve, alternados con periodos invernales más secos con apenas precipitaciones. Todo ello corresponde según al tipo de ciclo solar.
El ciclo solar es un cambio en la actividad que incluye variaciones en los niveles de radiación y en sus manchas
El estudio, dirigido por el doctor Indrani Roy y publicado en la revista Scientific Reports , revela que cuando el ciclo solar se encuentra en su fase “más débil”, hay períodos cálidos en el Ártico en invierno y fuertes nevadas en el sector de Eurasia.
“No en vano, los años 1985 o el 2010 fueron años muy fríos al estar situados en un ciclo de baja energía solar. Lo contrario que sucedió en 1994 o 2003”, concluye el meteorólogo.