
Santiago Gómez, teniente jefe de los grupos de rescate de la Guardia Civil de Huesca, ha alertado del aumento del riesgo este verano en el Pirineo aragonés a consecuencia de las fuertes nevadas de este invierno y las lluvias torrenciales de la primavera según informa ‘El Heraldo’.
Desde el inicio de verano ya habido varios accidentes, alguno de ellos de gravedad y los lugares que revisten un mayor riesgo son zonas de media y alta montaña, especialmente los neveros. La gran afluencia a la montaña en esta época hace que los incidentes sean más frecuentes. La falta de preparación y de material adecuado son un elemento que aumenta la posibilidad de accidentes.

Gómez insiste en la importancia de “no pisar los neveros si no es con casco, piolet y crampones. A veces por cruzar un nevero de apenas veinte metros en horizontal, la gente tiene resbalones y caídas que les llevan a golpearse con rocas de forma fatal. Tan importante es llevar el material adecuado como saberlo utilizar en cada circunstancia, lo que requiere un adiestramiento previo”. El teniente de la Guardia Civil señala que “hay personas que tratan de subir a Monte Perdido, un tresmil con unas simples zapatillas cuando en montaña el calzado es fundamental, y sin el resto de material necesario”.
Gómez ha vivido situaciones de lo más dispares en su trayectoria profesional. “Desde gente que hace las cosas bien y aún así tiene accidentes, porque la montaña es una zona hostil para todos, hasta otro tipo de gente que cometen muchas imprudencias, tanto en cuanto al material necesario como en la planificación”, afirma.
Según explica, “muchos, cuando van al Aneto, es la primera vez que usan el piolet y los crampones, y eso no debería de ser. El que es montañero de toda la vida conoce los riesgos de la montaña, pero el que va por primera vez igual se adentra en una zona con mucho peligro y no es consciente de la situación a la que se enfrenta”.

Otros dos rescates
Ayer se produjeron dos rescates en el Pirineo de Huesca, con un balance de dos heridos en sendos accidentes en los picos de Monte Perdido y Balaitus, informa ‘El Heraldo’. En el primer caso, un hombre de Valencia, de 54 años, se rompió un tobillo al pisar un agujero escondido bajo la nieve. En Balaitus un montañero donostiarra de 73 años sufrió una caída en la bajada y no pudo seguir por sus propios medios.
Los datos de Montaña Segura
Por otra parte, un 45% de los rescates de senderistas llegan como consecuencia de una mala toma de decisión de los accidentados y un 62% ocurren durante el descenso, según un estudio que ha publicado Montaña Segura y que se basa en los datos aportados por la Guardia Civil sobre las intervenciones que ha llevado a cabo en Aragón entre los años 2010 y 2017, que arrojaron un balance de 3.041 actuaciones y 5.355 personas auxiliadas. El senderismo, con un 32%, fue la actividad que más rescates concentró, seguida de alta montaña y crestas (26%), barranquismo (17%), montaña invernal (6%), escalada y vías ferratas (3%) y otras (16%).