Fallecidos en el Everest, los alpinistas que jamás regresaron

Cada año fallecen en el techo del mundo unas cuatro personas, la mayoría de ellos siguen ahí momificados a unos 8.000 metros, un área conocida como la zona de la muerte

La campaña finaliza con 460 alpinistas que han subido con éxito a la cumbre del Everest desde el lado sur en Nepal
La campaña finaliza este año con 460 alpinistas que han subido con éxito a la cumbre del Everest desde el lado sur en Nepal CRÉDITOS: Everest Base Camp Trek‎

El Everest se cobra cada año unas cuantas vidas humanas. Un total de 293 personas (175 expedicionarios y 118 sherpas) han muerto en el techo del mundo desde 1921 hasta el pasado mes de mayo del 2018.

No en vano, muchos cuerpos siguen ahí, en la zona de paso de los alpinistas. La dificultad de evacuarlos o el expreso deseo de los escaladores son las razones.

Muertos Everest
Muertos Everest

La mayoría de ellos no han podido ser reconocidos. Sin embargo, si han sido bautizados con nombres y son utilizados como puntos de referencia.

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A partir de unos 8.000 metros, la montaña se denomina la zona de la muerte. Un lugar de muy difícil aclimatación. Se trata de una altura donde los niveles de oxígeno no son suficientes para soportar la vida humana. En ella hay más de 200 cuerpos que bien están congelados, debajo o sobre la nieve.

Las bajísimas temperaturas y la dificultad del terreno en esta gran altitud hacen que por cada paso se necesiten casi 3 respiraciones para un montañista experimentado. El corazón va muy rápido en esta altura para suministrar oxígeno con mayor frecuencia.

Las historias de los muertos rayan lo macabro. Una de las más conocidas es la del británico David Sharp. Tal y como explica Telemundo.com, el alpinista terminó en 2006 agotado en el trayecto de descenso y agonizó en silencio durante una semana. Al no moverse, los escaladores que pasaron a su lado asumieron que estaba muerto y lo ignoraron por completo.

Muertos Everest

Rescates imposibles

Los rescates en esta zona son prácticamente imposibles. Los únicos que pueden ayudar a un alpinista herido o rescatar un cuerpo son los sherpas. Así lo relata Duna.cl, los cuerpos deben ser bajados hasta el campamento II (6.474 metros), lugar donde pueden llegar los helicópteros.

Sin embargo, a esa altura y por las bajas temperaturas los cuerpos de los muertos se vuelven extremadamente pesados. Lo que hace la tarea aún más peligrosa y difícil para los sherpas. Este es el motivo por el que tantos cadáveres son residentes permanentes de la “zona de la muerte” del Everest.

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