Tailandia vive un mal sueño. Diversos equipos de rescate siguen buscando a los 12 niños y un entrenador atrapados desde hace una semana en una cueva inundada por las lluvias del monzón.
Los niños y su entrenador entraron el sábado pasado en la cueva Tham Luang. Se trata de la cuarta más larga de Tailandia, para realizar un “entrenamiento especial”. Según algunos informes, no era la primera vez que lo hacían. Sus pertenencias -bicicletas, bolsos, zapatos y otros objetos- fueron halladas a la entrada.
Las trombas de agua que abaten desde hace varios días sobre la provincia de Chiang Rai, en el norte de Tailandia, hace complicado el rescate. Las lluvias del monzón bloquearon la entrada principal de esta compleja red subterránea de más de 10 kilómetros de largo.
Amplio dispositivo en la cueva Tham Luang de Tailandia
Se han desplegado diversas unidades móviles de perforación de pozos en la escena. Además, se escogieron los lugares óptimos para abrir canales subterráneos y drenar el agua lo más rápido posible, tal y como publicó el diario The Nation. Un pozo vertical excavado ayer, no lejos de un agujero de 70 metros perforado en ángulo el día anterior, no surtió efecto.
El gobernador de Chiang Rai, Narongsak Osottanakorn, reconoció la víspera que se desconoce el volumen de agua en la cueva. Y es que el caudal va entrando a través de múltiples agujeros pequeños.
Paralelamente al drenaje, que facilitaría el proceso de búsqueda para los buzos -entre ellos, expertos británicos y estadounidenses,-los rescatistas siguen explorando posibles vías de acceso desde arriba.
Otros equipos buscan accesos alternativos a la gruta para alcanzar una isleta que se halla en profundidades y donde se depositan las esperanzas de supervivencia de los desaparecidos.
Siguen las esperanzas de encontrarlos con vida
Las autoridades lanzaron el viernes desde las cavidades encontradas paquetes con comida y otros efectos de emergencia con el objetivo de que sean encontrados por los niños y el adulto.
El complejo de cuevas de piedra caliza Tham Luang, situado en la montaña Doi Nang Non y compuesto por amplias cámaras y pasillos estrechos, se extiende a varios kilómetros y suele inundarse durante la temporada de lluvias que se prolonga de junio a octubre.
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