La equiparación salarial entre géneros es uno de los retos de la sociedad contemporánea y en la Copa del Mundo de esquí alpino ya son dos las temporadas consecutivas en las que ellas ganan más que ellos. Tanto en hombres como en mujeres, los organizadores de pruebas del ‘Circo blanco’ deben abonar un mínimo de 120.000 francos suizos (104.000 euros) a repartir entre los 30 primeros y primeras.
En la pasada temporada todas menos una de las 18 mejores superaron a su equivalente masculino, algo que ya se dio entre las trece primeras en la campaña 2016-17. De este modo, Mikaela Shiffrin se embolsó más dinero que Marcel Hirscher en las dos últimas temporadas.

Shiffrin ha declarado al respecto que “aunque todavía hay una gran lucha para acabar con la discriminación de género, creo que se está progresando. Por lo menos en nuestro ámbito y teniendo como referencia al esquiador masculino más fuerte de la actualidad”.
Shiffrin se ha embolsado esta pasada temporada casi 610.000 euros, en parte debido a que algunos organizadores, como los de Courchevel, Lienz, Bad Kleinkirchheim o Flachau, pagan por encima del mínimo exigido por la FIS en las pruebas femeninas. Flachau invirtió en premios 168.104 euros, más de sesenta mil por encima del mínimo exigido. De ellos, casi 34.000 fueron al bolsillo de Shiffrin como ganadora.
En el circuito masculino, las carreras de Kitzbuehel y Schladming son las mejor pagadas. En la primera de ellas los 30 primeros se repartieron 173.000 euros, tanto en el descenso como en el slalom.
En 2017 la BBC publicó un estudio que revelaba que en 44 deportes profesionales falta un 20% para llegar a la paridad salarial entre géneros. Los deportes mejor pagados son los que suelen manifestar una mayor desproporción, aunque en el tenis hace ya unos años ya que los cuatro Grand Slam apostaron por la igualdad, siendo Wimbledon el último en adoptar este criterio.
A igual trabajo, igual salario
“Tengo muy claro que a mismo trabajo y responsabilidades la retribución debe ser la misma”, asegura Atle Skaardal, doble campeón del mundo de super G y máximo responsable de la Copa del Mundo femenina de alpino. “Las carreras femeninas de la Copa del Mundoson igual de exigentes y atrae al mismo número de espectadores. Por eso es esencial que se ofrezcan los mismos premios en metálico”, añade Skaardal.

La noruega Nina Haver-Loeseth ha ganado más que su equivalente masculino en el ránking en los últimos tres años, obteniendo un promedio de 92.000 euros por temporada. Esta igualdad de los premios fue un acicate para Loeseth a la hora de decidir emprender una trayectoria profesional en el esquí de competición. “Ver que las mujeres ganan lo mismo que los hombres me ayudó a mantener el interés por el esquí desde que era pequeña. Es justo que sea así y me siento orgullosa de nuestro deporte, que aprecia del mismo modo la entrega de hombres y mujeres. Es triste comprobar que en otros deportes la brecha entre géneros es todavía demasiado grande”, comenta la noruega al respecto.
En estos emolumentos no entran los patrocinios e ingresos por publicidad.