El Qeshuachaca es el único puente que ha sido renovado de generación en generación por las familias cusqueñas hasta el día de hoy. El puente se encuentra en el departamento de Cusco (Andes peruanos), sobre el río Apurímac a 3.700 m.s.n.m.
Cerca de mil personas de distintas comunidades, cercanas al puente, se reúnen cada año durante cuatro días para renovarlo.
El Qeshuachaca se renueva cada año
En el primer día, los pobladores de las comunidades salen en búsqueda de una sólida paja de fibra vegetal llamada Ichu en quechua. Una vez recolectada la cantidad necesaria de Ichu, las mujeres tejen esta sólida paja para formar las sogas del puente. Mientras, los hombres se encargan de unir la soga de extremo a extremo para luego trenzarla.

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Llegado el segundo día, se desarma la estructura del puente viejo. Se sacan los clavos de piedra que sostienen el puente, y se coloca cuatro sogas que son la base de la estructura del nuevo puente.
Durante la tercera jornada, los pobladores concluyen con el armado de los pasamanos y de las superficies del puente por donde las comunidades cruzarán.

Y para finalizar, en el cuarto día, festejan la reconstrucción del puente al son de la música con danzas autóctonas. Y es que el trabajo se considera como día de fiesta por los ancestros peruanos.