
Los descensos de barrancos tienen cada día más adeptos. Una actividad donde la sensación de libertad y desafío disparan la adrenalina. Pese a ello, hay que estar atentos por las crecidas del agua en el interior de los mismos.
Con el fin de minimizar riesgos, 18 cañones turísticos del Pirineo y la sierra de Guara contarán a partir de este verano de cámaras de vigilancia como prevención a las crecidas.
El proyecto ayudará a promocionar el Pirineo francés y el aragonés como destinos turísticos de barrancos
El proyecto nace gracias a la Asociación Europea de Cooperación Territorial (AECT) Espacio Portalet, como herramienta de cooperación y colaboración territorial del Departamento francés de Pyrénées Atlantiques y la Comunidad Autónoma de Aragón. Sin obviar, la contribución de las federaciones de Montaña y Espeología de ambas vertientes.

Las cámaras quedarán instaladas en 8 barrancos del Pirineo francés y 10 en Aragón, dos en cada una de las comarcas pirenaicas y otros dos en la sierra de Guara. De esta forma, se ubicarán en puntos estratégicos junto a regletas de hasta dos metros de altura.
El mantenimiento y el seguimiento irá a cargo de varias empresas de deportes de aventura. La iniciativa mejorará las infraestructuras de los barrancos más comerciales y aportará un plus de seguridad a los usuarios. De esta forma, la información continuada ayudará a escoger aquel barranco que mejor se adapte al nivel de cada aficionado.
Descensos de barrancos con mayor seguridad
Miguel Delgado, guía de barrancos de la empresa Pirineos Blancos de Sabiñánigo -una de las empresas que hará el seguimiento de algunos barrancos con cámaras-, reconoce que al mejorar las infraestructuras de los barrancos se optimizan las condiciones.
“La instalación de las cámaras por fototrampeo mejorará la experiencia de los usuarios. La gente podrá ver en directo, desde la página web, los caudales de los barrancos equipados”.
Las cámaras ayudarán, al igual que el nivel de aludes en la montaña, a tener un control más exhaustivo sobre la salida a realizar.
“Nuestro terreno, a diferencia de la montaña, siempre es el mismo. Pero es cierto que el caudal del agua puede variar después de una tormenta o deshielo, aumentando la dificultad del barranco durante el descenso”, prosigue el guía. Y añade que “cuando no había cámaras. el nivel del agua se hacía de forma intuitiva pero con las cámaras y regletas es mucho más preciso”.

La instalación de las mismas comenzó en estas latitudes el verano pasado, pero de manera interna. El sistema sistema se instaló en fase de pruebas en los barrancos de Gorgol y Os Lucás.
“A partir de julio, 18 barrancos estarán ya equipados. De hecho, se han escogido los más comerciales. Es decir, aquellos en los que acuden más deportistas y los más usados por las empresas de aventura”, añade Miguel, también guía titulado en media montaña.
El riesgo cero no existe
Al igual que cualquier otro deporte, el barranquismo no está exento de peligros. El descenso de barrancos sigue el tramo más estrecho de un río combinando la natación, el escalada, el buceo y una buena dosis de energía para gastar.
“Muchos deportistas van solos a bajar barrancos. Como el riesgo cero no existe, antes de lanzarse a la aventura hay que tener un mínimo de formación. En este sentido, hay que hacer una óptima planificación antes de la salida acompañada de una buena toma de decisiones”.

Cierto que el deporte se ha popularizado. Y es que cada vez hay más aficionados que, al igual que otras actividades de aventura, se inician en el descenso de barrancos.
“Las cámaras ayudarán pero hay que añadir que información sin formación no sirve para nada. El caudal del río es lo que más condiciona a la salida y, por tanto, hay que estar atento antes de lanzarse a la aventura”, concluye el guía de barrancos de Pirineos Blancos.