
Es muy posible que el nombre de Georgia Simmerling no les suene. Pero en Canadá es una de las deportistas más populares porque es la única atleta del país de la hoja del arce que ha competido en tres Juegos Olímpicos en tres deportes distintos, dos de ellos con unas tablas en los pies.

Georgia Simmerling tiene 29 años y ha tomado la decisión de colgar los esquís para dedicarse por entero al ciclismo en pista. Nacida en Vancouver, entró en el equipo canadiense de esquí alpino en la temporada 2007-2008, especializándose en las pruebas de velocidad.

Sus resultados no fueron muy brillantes en las dos ediciones de la Copa del Mundo de alpino que disputó, con una 29ª plaza en el super G de Lake Louise en diciembre de 2009 como mejor actuación. Apenas un año después debutaba en unos Juegos de Invierno y lo hacía en su país, quedando la 27ª en el super G de Whistler. Unas molestias físicas le impidieron tomar parte en el descenso tres días antes.

Tras los Juegos de Vancouver, Simmerling empezó a interesarse por el skicross y en 2011 corrió la primera prueba de la Copa del Mundo de esta especialidad. En la temporada siguiente llegó el primero de sus nueve podios, siempre como segunda o tercera.
En su primera temporada en el equipo canadiense de skicross sufrió una caída durante una carrera y se fracturó tres vertebras. Apenas un año más tarde ya estaba de nuevo en las pistas y entró en el equipo para competir en Sochi 2014. Allí acabó en la 14ª posición. Su siguiente objetivo fue el Mundial de Kreischberg (Austria), donde se fue de nuevo al suelo rompiéndose las muñecas.
Descubrir la bicicleta
Después pasar por el quirófano para implantarle placas y tornillos en los huesos fracturados, Simmerling inició su recuperación ejercitándose en la bicicleta. La sensación de dar pedales debió gustarle porque al poco ya estaba practicando en un velódromo. Y de allí al equipo de pista canadiense en la prueba de persecución sólo hubo un paso.

Debutó en la Copa del Mundo de ciclismo en pista en la prueba de Hong Kong, en enero de 2016, ganando la persecución por equipos. Y eso que en ningún momento ha dejado de competir en las temporadas invernales de skicross. En apenas año y medio, pasó de la mesa del quirófano a causa de su lesión en el Mundial de Kreischberg a plantarse en sus terceros Juegos, los primeros de verano, en Río 2016.
Ello la convirtió en la primera canadiense con presencia en tres Juegos y en tres deportes distintos. De Río de Janeiro marchó con la medalla de bronce en persecución por equipos y la firme voluntad de defender el pabellón de su país en los Juegos de Pyeongchang.
Baja en Pyeongchang y el reto de Tokio
Todo iba bien, con resultados destacados en la Copa del Mundo de skicross, entrando en las finales y encarrilando correctamente sus pasos hacia los que tenían que ser sus cuartos Juegos Olímpicos. Pero la desgracia, en forma de lesión, volvió a cruzarse en su senda. En la última carrera antes de los Juegos, en Nakiska, la misma estación donde dos meses antes había fallecido el velocista francés David Poisson, Simmerling se rompió las dos piernas y veía frustrada su presencia en Pyeongchang.

Tras pasar por el quirófano, la canadiense no tuvo tiempo para los lamentos. Se puso de inmediato a trabajar en su recuperación con la vista puesta en los Juegos de Tokio 2020 y tratar de volver a subir al podio olímpico en un velódromo. “Esta lesión ha sido la más dura de cuantas he sufrido, tanto a nivel físico como mental. Pero quiero estar en los Juegos de Tokio y voy a trabajar para ello. Una actitud positiva alimenta el cuerpo y el mío ya lo está notando. Es sorprendente ver mi progresión día a día”, ha manifestado la voluntariosa canadiense.
Y como no podía ser de otra manera ha empezado su rehabilitación de la fractura de ambas piernas pedaleando. O por lo menos lo intenta.
Back on the bike post ACL, LCL, MCL, poplitius, and both meniscus reconstruction, and two healing broken legs! 😬💪 pic.twitter.com/KDOdWSgxyt
— Georgia Simmerling (@gsimmerling) 15 de febrero de 2018