Jacques Théolier es el entrenador de slalom del equipo sueco, que en los Juegos de Pyeongchang hizo pleno al ganar el oro con Andre Myhrer y Frida Hansdotter. Théolier, francés de la Saboya de 58 años, entrenó al equipo galo de slalom hasta 2009, cuando fue contratado por la federación italiana. Trabajó con los ‘azzurri’ hasta 2014 y tuvo bastante que ver con el sorprendente oro olímpico de Giuliano Razzoli en Vancouver 2010. Bajo su supervisión han crecido Stefano Gross o Manuel Moelgg.
De la ‘squadra’ transalpina Théolier pasó, tras un año sabático, a hacerse cargo del equipo suizo de Copa de Europa y en 2016 se integró en el conjunto sueco. En una entrevista a raceskimagazine.it, Thèolier detalla cómo fue el trabajo en los meses previos a los Juegos de Corea del Sur en el equipo sueco de slalom.
Théolier explica que la federación sueca se había marcado el objetivo de tres medallas en esquí alpino, dos de ellas en slalom. “Es la disciplina reina en Suecia. En el norte del país hay infinidad de pueblos con una pista y un remontador y allí marcan los slaloms. Tanto el oro de Myhrer como el de Hansdotter son fruto de una cuidada programación”.

Sobre las características de la pista Rainbow, donde se disputaron los slaloms olímpicos, Théolier la conocía desde 2006 y de ella destaca que “es una pista mixta, con 30 puertas en el muro y otras tantas en el llano. Myhrer va muy fuerte en llano, tiene las mismas características que Razzoli. En posición aerodinámica es capaz de esquiar en aceleración continua”.
La importancia del material
El trabajo durante la temporada en la Copa del Mundo fue bueno según el técnico francés. Myhrer llegó a los Juegos con una sola victoria (City Event de Oslo) y tres podios más mientras que Hansdotter lo hizo con siete podios, nunca como ganadora. En lo que más incide en la entrevista Théolier es en la elección del material en la cita olímpica.
“Una meticulosa elección de material y llegar con suficiente antelación para adaptarse bien fue fundamental. En el tema del material se probaron 30 pares de esquís y a Corea se viajó con nueve pares, los que consideramos mejores, para competir sobre una nieve más agresiva a la que estamos habituados”, asegura.

La preparación psicológica tampoco se le escapó al veterano técnico. Sabía que Myhrer tenía la presión añadida de saber que seguramente serían sus últimos Juegos. Y en slalom, una disciplina donde nunca antes un sueco había ganado el oro olímpico. “Se colgó el bronce en Vancouver cuando ganó Rizzoli. Andre sabía que si ganaba en PyeongChang sería la victoria de su vida y supimos motivarnos de manera extraordinaria sin descuidar ni la concentración ni la serenidad”, dice Théolier.
En los dos años al frente del equipo sueco, opina que los slalomistas a su cargo han mejorado en los virajes. “Son muy buenos, buscan la velocidad y aprovechan muy bien la pendiente. Pero había que trabajar la anticipación en los virajes. Un buen material, buena técnica en curva, capacidad de deslizar y buena actitud mental; esa ha sido la clave del éxito del equipo sueco de slalom en los Juegos”.
El Mundial de Are, siguiente reto
De los otros dos suecos en el slalom olímpico, Théolier dice que “con Mattias Hargin (19º) nos equivocamos en la elección de material mientras que Kristoffer Jacobsen hizo una gran carrera acabando séptimo con el dorsal 35. Tiene un gran talento y estoy seguro que seguirá creciendo”.

A Jacques Théolier todavía le queda un año de contrato con el equipo sueco. El Mundial de Are 2019 centra desde hace semanas su atención. “Un Mundial en casa no lo tienes cada día; ahí tenemos otro gran objetivo a conseguir”, dice el francés. Asegura sentirse a gusto en Suecia pero puntualiza que “a las seis y media cenan y a las siete ya están a punto de irse a la cama. Los mediterráneos somos distintos. Un aperitivo, una partida de cartas, una cerveza después de cenar… Es una cuestión de culturas”.