Muchas son las horas que los esquiadores de élite pasan en los hoteles. Sea en las concentraciones de pretemporada o ya en plena competición, los integrantes de los equipos que disputan la Copa del Mundo llenan las horas muertas con actividades que cohesionan el grupo y facilitan la convivencia.
La estación noruega de Kvitfjell es una de las favoritas del circuito porque la mayor parte de equipos se hospedan en hoteles a muy poca distancia unos de otros y a apenas cincuenta metros de pie de pista.
Los alemanes optan por el fútbol y, según Josef Frestl, “es una actividad que va muy bien para la coordinación y la destreza, algo que cuenta bastante cuando estás compitiendo. Además, tiene un efecto cohesionador en el grupo. Kvitfjell es fantástico, estamos todos cerca y nos interelacionamos más con los otros equipos”.
Los franceses Adrien Theaux y Blaise Giezendanner explican que el equipo galo es más de videojuegos y películas, aunque también suelen hacer juegos al aire libre. Los noruegos, por su parte, son más de ‘indoor’: gimnasio y juegos en las salas del hotel son sus pasatiempos favoritos. Aunque Aksel Lund Svindal confiesa que lo que más le gusta es ir pronto al gimnasio, previo desayuno, para volver a desayunar después.