
Para las federaciones de deportes olímpicos unos Juegos suponen un punto de inflexión, la hora de hacer balance a cuatro años de trabajo y preparación. May Peus, presidente de la RFEDI, y su junta directiva afrontan por primera vez esta situación.
Primeros Juegos para usted y para su junta. ¿Supone una reválida?
Sí porque al final todo se mide por resultados, sean deportivos o económicos. Los Juegos son el ciclo final de la Olimpiada y acudimos con muchos ánimos y esperanzados. Somos ambiciosos y con ganas de volver a casa con un buen resultado que avale el trabajo que se ha hecho. Hemos puesto todo lo que estaba a nuestro alcance. Llegamos tras unos años muy laboriosos, no sólo en el ámbito deportivo sino en la gestión del día a día de la federación.

¿Podría cuantificar esta ambición con la que el equipo español viaja a Pyeongchang?
Desde el principio he señalado que tenemos tres deportistas que están con opciones claras de podio, están entre los diez mejores de su disciplina. Queralt Castellet en half pipe, que está ahora en un buen momento de forma tras ganar la prueba de la Copa del Mundo en Snowmass. Espero que reafirme este estado actual de forma en la prueba de Copa del Mundo en Laax (Suiza) (acabó tercera, NdR). Si lo logra, le daría mucha credibilidad de cara a los Juegos. Si lo ha hecho una vez, lo puede repetir. Del mismo modo que puedes tener cinco o seis pruebas de Copa del Mundo subiendo al podio y en los Juegos caerte. Y también al revés. Y después tenemos a Regino Hernández y Lucas Eguibar. Están en muy buena forma, esta temporada ya han hecho podio en Copa del Mundo y es una pena que no sea olímpica la modalidad por equipos de snowcross. Sí lo será en los próximos Juegos.
¿Y qué se espera del resto de deportistas de la RFEDI?
Pues que acaben lo más alto posible. También se ha de decir que si los tres antes citados volviesen con un diploma olímpico (acabar entre los ocho primeros) yo estaría satisfecho.
Su junta ha establecido unos criterios de selección que deja claro a los deportistas cuál ha de ser su camino hacia los Juegos.
Cada día estoy más convencido de la conveniencia de establecer estos criterios. Fueron consensuados por la junta directiva de la RFEDI, por todos los presidentes de federaciones autonómicas, por el COE y el CSD. Esto nos da una tranquilidad y los deportistas saben qué han de hacer para estar en los Juegos. Nosotros dependemos de dos federaciones internacionales, la IBU (biatlón) y la FIS (esquí). Dentro de esta última cada modalidad es diferente. En alpino y fondo tienes como mínimo una plaza determinada por país y para tener dos o más has de colocar gente delante en el ranking mundial. En freeski o snowboard va por series de clasificación y son ‘numerus clausus’ aunque cada país no puede tener más de cuatro participantes. Entonces ocurre que aunque se cumplan los criterios de selección de la RFEDI esas plazas no las tienes aseguradas porque son nominativas. En cambio, en alpino o nórdico te dan una plaza y entonces sí va el que mejor haya cumplido nuestros criterios de selección.

La eclosión del snow, ¿era de esperar?
Teníamos satélites y lo que hemos hecho ha sido ordenarlos, darles el mismo programa que tienen fondistas y los de alpino, una buena estructura técnica, unos buenos programas de trabajo en verano… Cuando llegamos a la federación, el equipo de snowboardcross no había pisado la nieve ese verano. Poca cosa se puede hacer con un equipo que en verano no entrene sobre nieve. Este año han ido a Sudamérica, han estado en Saas Fee en Casa España entrenando duro, lo mismo que Carles Torner con su equipo de snow freestyle. Al final todo se reduce a que todo el mundo entienda que para llegar en forma al invierno se ha de trabajar fuerte en verano. En este sentido el Mundial de Sierra Nevada nos obligó a un esfuerzo extra dos años y medio antes. Había que llegar con una estructura deportiva definida. Por ejemplo, de freeski no había ni estructura. Y compartimos entrenador con Andorra, Josep Gil, con dos deportistas cada país, en nuestro caso Javi Lliso y Thibault Magnin, suizo-español. En freestyle y snowboard no había estructura fija, teníamos a Queralt que iba por su cuenta y montamos el equipo de Carles Torner con Josito Aragón, María Hidalgo y Aleix López, que el año pasado se dio de baja. Hubo que montar comités, buscar asesoramiento técnico en unas modalidades que no teníamos tantas referencias como en alpino o nórdico. Con los equipos consolidados, la creación de la Copa España Movistar de snowboard nos ayudará mucho a captar talentos. Esto no se ha de acabar con Regino, Lucas o Laro sino que haya una continuidad. Cada modalidad ha de tener la atención que se merece o más. Yo no veo diferencia entre el trato que se le ha de dar a Quim Salarich o Juan del Campo con el que hay que dar a Lucas o Regino. Está claro que si unos están más en forma corren más habitualmente Copas del Mundo y obtienen sus premios económicos particulares que marca el reglamento de la RFEDI.
Vuestra línea trabaja por acabar con los campeones por generación espontánea que tanto han marcado al deporte español.
En eso estamos. No esperamos descubrir un talento y montar una estructura a su alrededor sino en tener esa estructura ya organizada para que una vez detectado ese talento no se nos pierda. En los años que van desde Blanca Fernández Ochoa hasta ahora, hasta que caiga otra medalla que puede ser en estos Juegos o en los que viene pero que caerá seguro, se han perdido generaciones por el camino. Hay una lista bastante larga de nombres. Esto no nos lo podemos permitir porque, entre otras cosas, sí que estamos malgastando esfuerzos económicos. Y en este trabajo están implicados centros de tecnificación y clubs, que promocionan competiciones y entrenamientos de manera conjunta con las estaciones de esquí. Es un trabajo dirigido desde la RFEDI pero compartido con las federaciones territoriales y los clubs. Y sin olvidar la formación de los técnicos, sea de la disciplina que sea. En definitiva, profesionalizar nuestro sector. Que aquel técnico que sienta los deportes de invierno pueda ganarse la vida con ello.

Si algo destaca en la labor de vuestra junta es la captación de patrocinios. ¿Es un trabajo muy arduo?
Somos muy buenos todos nosotros; el sector de la nieve. Nuestra federación es muy potente y hay que posicionarla. ¿Por qué es potente? Porque el sector lo es. En España hay un gran número de esquiadores que practican un deporte caro para los que no viven en los valles y los puntos cercanos a las estaciones. Hemos de ser capaces de vender a estos sponsors que el trabajo se hace bien y que podemos darle un retorno adecuado porque ellos ya saben que es un sector atractivo. Y estamos siendo capaces de captarlos y de darles este retorno. Y, por supuesto, trabajamos para mantenerlos junto a nosotros.
¿Se puede organizar eventos como pruebas de la Copa del Mundo o Mundiales sin tener un alto nivel competitivo?
Siempre he dicho que mientras sea presidente de la RFEDI es difícil que pidamos pruebas de alto nivel mientras no tengamos deportistas que las puedan justificar. Y esto va por Juegos Olímpicos, Mundiales, pruebas de Copa del Mundo etc… Si se hizo el Mundial de snow de Sierra Nevada, aparte de que nos lo encontramos encima de la mesa, es porque teníamos unos deportistas que defendían el pabellón de España con dignidad, que podían sacar medalla (ganaron dos) y se gestionó bien y salió bien. Como mínimo íbamos con esperanzas. Vosotros, como periodistas, vuestro trabajo es pedir justificaciones al por qué se hace una cosa. Pero yo, como público objetivo del deporte en España, también puedo ser crítico con otras federaciones cuando hacen cosas así. Es normal ¿no?. Si se plantease organizar una prueba de Copa del Mundo de alpino en España o unos Juegos Olímpicos como los de Barcelona seré el primero en apoyarlo. Pero para hacer esto hay que ir totalmente en paralelo con un presupuesto capaz de desarrollar el programa deportivo de las federaciones implicadas. Estoy de acuerdo en plantear unos Juegos Olímpicos a ocho o diez años vista pero nos hemos de asegurar que cada año habrá un extra para preparar los deportistas. Los primeros interesados han de ser los propios políticos de la ciudad que presente candidatura. Si no, ¿cómo se justifica? Tenemos el ejemplo de Barcelona 92, que con una buena inversión y bien gestionada, salen medallas. Barcelona fue un revulsivo de resultados deportivos.

¿Qué opina de la candidatura de los Pirineos a unos Juegos de Invierno?
Soy un gran defensor, es excelente. Barcelona está preparadísima para unos Juegos de Invierno. Todo lo que es deportes de hielo, o gran parte, se puede hacer en la misma Barcelona. No hay que hacerlo tod0 en la ciudad. Infraestructuras que después no se van a utilizar no hace falta construirlas. En Francia se pueden aprovechar instalaciones. El COI está por la labor sobre esta flexibilidad porque se ha dado cuenta que en los tres últimos ciclos olímpicos (Sochi, Pyeongchang y Pekín) son en países emergentes que pueden permitirse pagar lo que pide el COI.
¿Por qué han saltado candidaturas europeas o norteamericanas?
Porque las exigencias son muy fuertes, estamos en época crisis y de recesión económica. Las tristes imágenes de Turín con los trampolines cerrados no son buenas. Hay que ser consecuentes. ¿Qué pasaría si en unos Juegos de Invierno en Barcelona y el Pirineo hay una subsede a 500 km? Pues nada. Se puede hablar mucho sobre las exigencias olímpicas. Y no nos olvidemos: hay muchas modalidades olímpicas de invierno en las que no es que no tengamos opciones a medalla, es que ni se practican. No hay ni infraestructuras ni masa crítica.
No tiene sentido pedir unos Juegos si no hay un trabajo previo con los deportistas que garanticen una participación decorosa.
Independientemente de que se avance en la candidatura de Barcelona-Pirineos, nosotros hemos de ser muy ambiciosos y pedir que los deportes de invierno se tengan en cuenta. Parte de mi trabajo en el comité ejecutivo del COE es machacar en este sentido. Ya les dije que iba a ser el más pesado hasta que se diesen cuenta de que en España hay verano e invierno. Si empezamos a creérnoslo, bien. Si no, cerramos barraca. Pero se ha de luchar por lo contrario y creo que estamos cambiando la mentalidad del COE. Su presidente está por la labor.

El ciclo de la junta que preside finaliza este septiembre.
Sí, en el calendario electoral de la RFEDI ya está anunciada la convocatoria de elecciones para el 11 de abril y las votaciones ráa finales de junio tras un proceso electoral de tres meses. Nosotros volvemos a presentarnos. No iremos con una mano delante y otra detrás y sin un equipo demasiado definido como en la campaña anterior, sino con una estructura ya consolidada en estos primeros cuatro años.
¿Y en qué ha cambiado el lastre económico en estos años de su junta?
El problema económico es sencillo de explicar. Estamos poniendo orden, todavía estamos dentro del plan de viabilidad del CSD y lo que intentamos es salir lo antes posible para poder tener libertad. Hay que pedir permiso para cualquier movimiento que varíe el presupuesto mientras estemos en el plan de viabilidad. Y de ahí saldremos, en teoría, cuando tengamos patrimonio neto positivo. Y espero que esto será entre este año y el que viene. Y seguiremos devolviendo la deuda como hace cualquier ente público.