Nunca un país había estado excluido de unos Juegos Olímpicos por dopaje. Sí por guerras o motivos políticos. Rusia vive en estado de ‘shock’ tras la decisión del COI de excluir a su equipo de los Juegos de Pyeonchang, que ‘invitará’ los atletas ‘limpios’ rusos a participar bajo la denominación OAR (Atleta Olímpico de Rusia, siglas en inglés).
El comité ejecutivo del COI aprobó por unanimidad la sanción a Rusia, acusada de crear una red de dopaje de Estado entre 2011 y 2015. Rusia fue la cuarta nación con más medallas en los últimos Juegos de Sochi. No habrá bandera rusa ni en la ceremonia de apertura ni en las entregas de medallas. Tampoco el equipo ‘neutral’ figurará en el medallero. Aunque ya se rumorea que sí podría lucir la enseña rusa en la ceremonia de clausura. Thomas Bach, presidente del COI, ha dejado la puerta abierta a esta posibilidad.

Dirigentes y técnicos excluidos y posible boicot
No serán acreditados funcionarios del ministerio de Deportes de Rusia, tampoco Vitaly Mutko, ministro de Deportes en 2014 y ahora viceprimer ministro. Ni Dmitry Chernyshenko, presidente del comité organizador de los Juegos de Sochi y que se verá apartado de la comisión de coordinación de los Juegos de Pekín 2022. Alexander Zhukov, presidente del comité olímpico ruso (OKR), perderá su condición de miembro del COI.
Además, el OKR deberá pagar una multa de 15 millones de dólares (casi trece millones de euros) que el COI destinará a la lucha mundial contra el dopaje. Igualmente se han excluido de los Juegos de Pyeongchang todos los dirigentes de la delegación rusa presentes en Sochi 2014, así como los entrenadores y médicos de atletas sancionados por dopaje.

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16 meses de investigación
La decisión se tomó tras una reunión de casi cinco horas del comité ejecutivo del COI, que escuchó y debatió las conclusiones de la investigación de 16 meses de la comisión presidida por Samuel Schmid, antiguo jefe de Estado y ministro de Defensa suizo, y en la que la labor de Denis Oswald ha sido básica para conseguir las pruebas que dejan ver una trama de dopaje organizado. Previamente, a lo largo de los últimos meses, ya habían sido descalificados 25 atletas rusos entre los que habían once medallistas en Sochi.
Thomas Bach explicó a los medios que “en Pyeongchang trataremos de premiar a los que por este fraude se vieron despojados del podio. Nuestra integridad olímpica nunca se ha visto tan amenazada”. Bach indicó que los 14 miembros de la ejecutiva del COI han decidido la sanción “por consenso”.

Samuel Schmid, por su parte, ha asegurado que “la decisión se basa en las pruebas objetivas recogidas, intercambio de correspondencia, testimonios… Estamos ante un sistema de manipulación de las reglas antidopaje en Rusia. Nunca he visto una manipulación y una trampa tan grandes”. Schmid añadió que no hay prueba alguna de la implicación del máximo mandatario ruso Vladimir Putin. Asimismo ha sido cuidadoso en sus palabras para no provocar un conflicto político y siempre ha hablado de “responsabilidad administrativa” y no política. Ha señalado directamente a Vitali Moutko como principal responsable de la trama y ha sido excluido de por vida de los Juegos.
Que aparezca la palabra Rusia en las siglas OAR es un claro gesto para evitar enfrentamientos políticos.
Una comisión compuesta por representantes de organizaciones colegiadas con el COI, y presidida por Valerie Fourneyron, ex ministra de Deportes francesa, será la que decida qué atletas podrán participar, tanto a nivel individual como en deportes de equipo.

Posible boicot y recurso al TAS
Alexander Zhukov, presidente del OKR, anunció su intención de presentar recurso al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y manifestó que “castigar a inocentes es injusto e inmoral”. No descarta un boicot ruso a los próximos Juegos de Invierno y ha concluido diciendo que la decisión de la participación de deportistas rusos en Pyeongchang se debatirá el día 12 en la próxima reunión del OKR.
La TV estatal rusa ha decidido no trasmitir los Juegos y varias voces se han sumado a la iniciativa del boicot, entre ellas la de Alexander Lebedev, presidente de la Duma, la Cámara Baja del Parlamento. “Debemos hacer boicot. Participar sin hacerlo bajo nuestra bandera es una humillación”, ha dicho. Con más sentido común se ha manifestado Ilya Kovalchuk, la estrella rusa del hochey hielo, que ha dicho que “si los atletas limpios pueden participar, ¿por qué no hacerlo?”.
Bach, por su parte, ha dicho respecto al boicot que “a Rusia nunca le ha salido bien el arma del boicot. Porque ejerciéndolo niega la posibilidad de participar a sus deportistas limpios”. Cuando le han recordado que el COI no se atrevió a excluir a Rusia de los Juegos de Río (sólo quedó fuera el equipo de atletismo), el alemán se ha defendido diciendo que “entonces no teníamos ni los medios ni las evidencias que tenemos hoy”.
Será Vladimir Putin quien tendrá la última palabra. El presidente ruso ha estado presente este mediodía en la entrega de premios del voluntariado de ese país. Y aunque ha sido preguntado por la decisión del COI, no ha querido dar su opinión. Pero ha destacado que no es partidario del boicot. Lo que sí ha afirmado con seguridad es que volverá a presentarse a las presidenciales del próximo marzo.