Conrad Blanch quiere hacer de Grandvalira cita habitual de la Copa del Mundo

Conrad Blanch es el 'anima mater' de la competición en Grandvalira y, tras las experiencias de 2012 y 2016, está dispuesto a que la estación sea una cita habitual en la Copa del Mundo de esquí alpino

Conrad Blanch es la cara visible del equipo organizador de competiciones en Grandvalira
Conrad Blanch es la cara visible del equipo organizador de competiciones en Grandvalira FOTO; Natalia Montane

Conrad Blanch se ha pasado 23 años en ‘primera línea de fuego’ al frente de Grandvalira. Desde el mes de julio es el responsable de la organización de las finales de la Copa del Mundo de esquí alpino 2019 en Soldeu. Las pruebas de 2012 y 2016 de la Copa del Mundo femenina en el escenario andorrano fueron también responsabilidad de este barcelonés enamorado de la montaña, reputado alpinista que hace 32 años lideró la primera expedición catalana que holló el Everest.

Blanch trabaja para que la estación andorrana sea, con el tiempo, parada habitual de la Copa del Mundo. Las finales de la Copa de Europa del 12 al 18 del próximo marzo constituirán un excelente rodaje de cara a las de la Copa del Mundo de 2019.
«Estamos en el calendario de la temporada 2020-21. Las inversiones de la plataforma y del párking subterráneo en Soldeu se hacen precisamente para tener una infraestructura de futuro. Esto nos ha de servir para tener una proyección que no será cada año porque supone un coste muy alto, tanto de presupuesto como de organización. Pero sí para que cada dos o tres años tengamos pruebas de la Copa del Mundo. Esta es la estrategia impulsada desde Soldeu El Tarter bajo el paraguas de Grandvalira«, empieza explicando Blanch.

Los Globos de cistal de 2019 se entregarán en Soldeu El Tarter
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En la recámara para 2020-21

Tras acoger las finales de 2019, Soldeu figura en el calendario provisional de 2020-21 junto a Bansko para las pruebas masculinas de slalom y gigante en la pista Abet. «Nos lo confirmaron en la reunión de la FIS (Federación Internacional de Esquí) de octubre. Estamos en el calendario provisional pero esto no quiere decir que se vaya a celebrar», apunta el responsable de organización.
El camino para hacerse un nombre en el ‘Circo Blanco’ es largo y difícil. Pero a Conrad Blanch le apasionan los retos. Este es uno más de los muchos que ha afrontado a lo largo de su vida y explica que parte de ese camino arrancó en 2012 y continuó en 2016. «Nos sirvió para darnos a conocer y demostrar la capacidad y credibilidad de los proyectos que hemos hecho en Soldeu El Tarter en particular y Grandvalira en general. La cita de 2019 es una confirmación, sin olvidar que en marzo del año que viene tenemos las finales de la Copa de Europa. Será un test a nivel técnico y de pistas. Será como una Copa del Mundo pero sin televisión», prosigue Blanch. Ocho serán las carreras de las finales de la Copa de Europa 2018 (no hay prueba por equipos) y nueve las de la Copa del Mundo 2019.

Andorra se ha ganado el respeto de la FIS por su capacidad de organizar y acoger competiciones. Blanch puntualiza que «nos tienen mucho respeto y eso es lo que nos hemos ganado en estos años».
Lindsey Vonn ganó lesionada la combinada de 2016 tras una noche de pesadilla para la organización
Lindsey Vonn ganó lesionada la combinada de 2016 tras una noche de pesadilla para la organización

Dos pruebas de fuego

En 2012 y en 2016 los elementos se pusieron contra de la organización. En la primera ocasión un vendaval arrancó puertas del trazado y se llevó buena parte de la infraestructura de meta. Y en 2016 una gran nevada la noche antes de la carrera a punto estuvo de cancelarla. El trabajo rápido y eficaz de la organización solventó tan complicados trances.

«La de 2012 fue una noche brutal, de esfuerzo, trabajo e ilusión. En un primer momento nos invadió una gran impotencia pero supimos reaccionar y se consiguió que el viernes, primer día de carrera, la pista estuviese en condiciones. Y en 2016, que se disputó el super G y la combinada femenina en la pista Àliga, por la noche tuvimos unas precipitaciones de 40 centímetros. Gracias a los voluntarios, técnicos y toda la gente que creía en este proyecto se hizo posible dejar la pista en condiciones el mismo día», recuerda Blanch.

La pista Aliga es, junto a la Avet, escenario de las pruebas de la Copa del Mundo en Grandvalira
La pista Aliga es, junto a la Avet, escenario de las pruebas de la Copa del Mundo en Grandvalira

Homologación de pistas

La homologación de las pistas es un capítulo en el que la FIS hila muy fino. Blanch señala que «se ha de seguir el protocolo. Este año hemos renovado la pista Avet porque tocaba y cuando tengamos la llegada hecha la volveremos a homologar. Si se hacen las cosas que pide el protocolo, en principio no ha de haber mayores problemas. Siempre puede haber detalles de mejora o algunas cosas concretas pero en general si respetamos desniveles, distancias y tenemos la innivación adecuada, la homologación no es más que un trámite».

El comité organizador funciona de modo permanente. Desde las carreras de 2016 el comité ha seguido en activo ya que muchas personas que lo componen forman parte del equipo de la estación. «En total estamos trabajando unas 150 personas en el staff de la organización y 250 voluntarios», detalla Blanch.

La vocación competitiva de Grandvalira seguirá creciendo en las próximas temporadas
La vocación competitiva de Grandvalira seguirá creciendo en las próximas temporadas

La escisión no afecta el aspecto competitivo

La escisión de Grandvalira, que debe hacerse efectiva en 2019, no será un obstáculo para la organización de estas citas tan importantes. Blanch asegura que «este es un reto básicamente de Soldeu El Tarter. Toda la financiación de la nueva estructura (pasarela y párking), el coste de la organización y el posible déficit lo asume ENSISA, la sociedad que gestiona Soldeu. Espero que la marca Grandvalira dure mucho, sea de una forma o de otra».

Los Pirineos, sean franceses o españoles, no son lugar de paso habitual para la Copa del Mundo. Blanch explica el por qué. «Yo he seguido el proceso con la federación andorrana y puedo asegurar que nos ha costado mucho llegar al punto en el que estamos. Son años de preparar pistas, de pagar el peaje de la Copa de Europa, que no tiene la misma repercusión. Todo esto requiere un proyecto estratégico. El Valle de Arán podría hacer su camino, pistas tienen. Y como ellos, más estaciones. La Molina, por ejemplo, organizó pruebas de la Copa del Mundo en 2008. Supone mucho esfuerzo organizativo y económico, además de seguir un proceso que implica organizar competiciones menores. No puedes estar unos años sin organizar Copas de Europa y pensar que cuando pidas la Copa del Mundo te van a decir que sí. Hay que picar mucha piedra, estar muy presente, ser muy regular en este camino y que los resultados sean buenos».

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