Lindsey Vonn: «No conozco el miedo pero no soy una temeraria»

En una entrevista a L'Equipe Lindsey Vonn explica su actitud competitiva, lo que aprendió de sus padres y reitera su deseo de competir con los hombres

Lindsey Vonn desvela al diario L'Equipe cómo afronta la competición y de dónde le viene su afán competitivo FOTO: Eurosport
Lindsey Vonn desvela al diario L'Equipe cómo afronta la competición y de dónde le viene su afán competitivo FOTO: Eurosport

Lindsey Vonn ha ofrecido una entrevista en L’Equipe poco después de dos semanas de su victoria en el descenso de Garmisch, en su segunda carrera después de casi once meses sin competir. Fue desde la cita de Soldeu, donde se lesionó la rodilla derecha. Cuando ya estaba a punto de debutar esta temporada se fracturó el húmero entrenando en Copper Mountain.

Lindsey Vonn muestra su brazo derecho operado tras romperse el húmero entrenando en Copper Mountain FOTO: instagram vonn
Lindsey Vonn muestra su brazo derecho operado tras romperse el húmero entrenando en Copper Mountain FOTO: instagram vonn

La mujer biónica

Vonn posee un talento y un físico excepcionales. Pero la alta competición tiene un peaje y deja secuelas. La estadounidense acepta con humor el calificativo de «deportista biónica» y relata sus ‘parches’. «Llevo una placa grande de acero inoxidable en el brazo derecho, y tornillos de titanio repartidos en las dos rodillas», explica Vonn, a quien la operación en su brazo derecho le dejó afectado un nervio de la mano y no puede estirar completamente los dedos.

Detalla también que tras su caída en los Juegos de Turín en 2006 no puede estar mucho tiempo de pie por los dolores de espalda y la rodilla derecha, lesionada en Val d’Isère 2013, le provoca problemas frecuentes. «El peor de ellos fue que me impidió competir en los Juegos de Sochi«, añade.

Asume que las caídas son gajes del oficio de un esquiador de competición y da gracias porque hasta los 27 años (ahora tiene 32) no tuvo que pasar por el quirófano.

Vonn en la salida del super G de Garmisch, el día después de su victoria en el descenso FOTO: Eurosport
Vonn en la salida del super G de Garmisch, el día después de su victoria en el descenso FOTO: Eurosport

Ansia competitiva

Su ambición competitiva le viene dada por su personalidad. «Siempre me ha gustado ir rápido; amo esquiar, la adrenalina y los retos. Cuando estoy en el portillón de salida me transformo. Incluso si la que ha salido delante de mí sufre una caída y la carrera se para momentáneamente, tampoco me afecta. No conozco el miedo pero tampoco soy una imprudente», dice Vonn al rotativo francés.

Lindsey Vonn es atendida tras caerse en el descenso de Cortina, su cuarta carrera de la temporada FOTO: Eurosport
Lindsey Vonn es atendida tras caerse en el descenso de Cortina, su cuarta carrera de la temporada FOTO: Eurosport

Seguridad en la pista

Aborda también la problemática de la seguridad, sobre todo en los descensos. Manifiesta Vonn que «grandes figuras como Svindal, Ligety o Fenninger se han lesionado de gravedad. Y es cierto que da la impresión que cada caída en un descenso ha de saldarse con graves lesiones. Sin embargo las pistas son más seguras ahora que antes. Es como en la F-1: siempre se busca la manera de ir más rápido, es la naturaleza del hombre. La diferencia entre el esquí y la F-1 es en nuestro deporte no hay millones y millones dedicados a la seguridad».

La herencia de sus padres

Su fortaleza le viene de sus padres. De su madre dice que «sufrió un derrame cerebral cuando yo nací y nunca ha estado muy bien de salud; nunca he podido esquiar con ella. Pero es una persona muy positiva, actitud que me ha transmitido». Y de su padre refiere que «es un gran trabajador, muy decidido y con mucha voluntad. Es un ‘currante’ y yo también lo soy». Lindsey es la mayor de cinco hermanos y eso también le ha marcado «porque siempre me he tenido que ocupar de ellos, era mi responsabilidad y eso me ha ayudado a la hora de organizarme; soy capaz de gestionar 36 cosas a la vez».

A ese talante positivo y luchador se le une  una confianza plena en sus condiciones físicas; Lindsey confía totalmente en su cuerpo. «No podría estar en un portillón sin estar segura de que puedo hacer lo que quiera con mi cuerpo. Tengo plena confianza; soy una persona fuerte. Lo suficientemente fuerte para ganar carreras», asegura Vonn.

Tuvo una depresión en 2012 y relata que «me sentía muy segura en las cosas en las que sé que soy buena. Pero no n el resto. Era como si guardase toda mi energía para el esquí. Y en el resto de cosas, las más personales, mi vida privada, me resultaba más difícil».

Lindsey Vonn durante un entrenamiento con hombres
Lindsey Vonn durante un entrenamiento con hombres

Competir con los hombres

Competir con los hombres es un deseo que Vonn ha manifestado reiteradamente. Lo ha pedido a la FIS y confía en que pueda hacerse realidad en diciembre de 2018. «No tengo nada que demostrar; es algo que quiero hacer para mí. Me gustaría ver a qué velocidad puedo ir y probar mis límites. Cuando compito con las chicas soy muy calculadora, pienso en los puntos de la Copa del Mundo. Miro dónde debo esquiar rápido y dónde debo ser más inteligente y reservarme. Cuando entreno con los chicos, por el contrario, ataco más y eso me hace mejor esquiadora. Me gustaría hacer como la golfista sueca Annika Sörenstam (primera mujer desde 1945 en tomar parte en 2003 a un torneo masculino de la PGA), que quiso mejorar su juego cuando dominaba el circuito femenino. Y esto no quiere decir que me sienta superior al resto de esquiadoras. Es que quiero progresar más».

Cuando entrena con los hombres lo hace con esquís de hombre y dice que va más rápido que lo que es habitual en ella. Sus entrenadores están negociando el tema con la FIS y harán una proposición formal en la reunión anual de primavera. «Temo que se llegue a un acuerdo cuando haya colgado los esquís. Claro que podría tomar parte en una exhibición o un ‘show’ pero lo que yo quiero es una verdadera carrera. Sólo pido correr un día con los chicos».

Sabe que tiene una imagen pública que debe mantener
Sabe que tiene una imagen pública que debe mantener

El personaje público

Su fama mundial le obliga a estar presente en numerosos actos públicos y a dar una imagen modélica. Sabe desenvolverse con confianza en las galas y sobre las alfombras rojas aunque detalla que «es una confianza diferente. Cuando acudo a estos actos fastuosos nunca tengo la impresión de que verdaderamente sea yo. Es como cuando te disfrazas de pequeño; pura fantasía. Me siento bella, es excitante. Pero cuando vuelves a casa se acaba. Es algo simpático. Pero no soy yo verdaderamente. Y me gusta; es divertido jugar a este juego».

Su próximo gran objetivo son los Juegos de Pyeong Chang del año que viene. Vonn cruza los dedos y pide que las lesiones la respeten. «Tendré que esquiar con un ‘airbag’ o dentro de una burbuja», concluye entre risas.

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